Destacan vida y obra de fallecida diseñadora de modas cubana Isabel Toledo

Isabel Toledo posa en 2009 con el vestido que diseñó para la Primera Dama Michelle Obama (Foto: Reuters/Eric Thayer).

La diseñadora de alta costura cubana Isabel Toledo, célebre, entre otras muchas razones, como favorita de la primera dama Michelle Obama y por una nominación a los Premios Tony de Broadway por su vestuario para la obra After Midnight, murió el lunes a los 59 años en Nueva York víctima de cáncer de seno.

Nació el 9 de abril de 1960 en Camajuaní, en la entonces provincia de Las Villas, como Maria Isabel Izquierdo. En 1968 su familia la trajo a Estados Unidos, y creció entre Nueva Jersey y Nueva York. Un año después, cuando apenas tenía ocho, empezó a coser porque, según le dijo a CNN, no encontraba nada que le gustara hacer.

En 1984 se casó con el artista gráfico Rubén Toledo, con quien desde el preuniversitario mantenía y mantuvo siempre una estrecha colaboración artística. De hecho, él comparte con ella uno de los mayores reconocimientos hechos a su carrera: el Premio Nacional de Diseño Cooper-Hewitt, que concede el Museo Smithsonian de Diseño.

Isabel Toledo posa con alguna de sus creaciones. AP Photo/Lynne Sladky

Calificada de genial por la curadora del Instituto Tecnológico de la Moda, Valerie Steele, y de heroína de culto por el fundador de la revista Paper, Kim Hastreiter, Toledo ha sido comparada con diseñadores como Charles James y Geoffrey Beene por su obsesión con la técnica constructiva, dice The New York Times. Ella misma, según el periódico, calificaba su trabajo de “Matemática romántica”.

Otro de los premios que mereció por su trabajo, el Couture Council Award (Premio del Consejo de Alta Costura), lo concede precisamente el Instituto Tecnológico de la Moda.

En 2014 sacó una línea de cosméticos para la firma MAC. Su colaboración con diseñadoras como Anne Klein, para quien trabajó como directora creativa, y Lane Bryant, contribuyeron a impulsar su carrera.

Vestidos de Isabel Toledo. REUTERS/Eric Thayer

“Todo el mundo como que le robaba a Isabel”, le dijo al New York Times el diseñador de modas israelí Alber Elbaz. “Su trabajo era cuestión de volumen, corte, experimentos, un laboratorio de tela, y no se trataba solo de un momento en Instagram. Era moda”.