Aquejado por infinidad de conflictos en Bolivia, el presidente Evo Morales está nuevamente entre dos fuegos. La disputa la protagonizan otra vez los mineros.
Cientos de mineros mantienen bloqueadas las principales vías de acceso a la ciudad de La Paz en Bolivia en medio de un conflicto en torno a la explotación de un yacimiento de estaño y zinc nacionalizado por el gobierno en junio pasado.
Los obreros pertenecientes a la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) se dicen amparados para explotar el yacimiento de Colquiri a nombre del Estado, pero los mineros privados, cooperativistas, se niegan a formar parte de la empresa.
Los mineros de Comibol cercaron desde la semana pasada el yacimiento para impedirles el acceso a los cooperativistas, mientras que estos en respuesta han iniciado el bloqueo alrededor de La Paz, que en la práctica es la capital administrativa del país.
Los cooperativistas no concurrieron a un diálogo convocado por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, y dijeron que no se sentarán a negociar si no es con el presidente, Evo Morales, quien ya tuvo problemas con protestas mineras el año pasado.
La situación se ha vuelto tensa y además explosiva después de que el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, condenó el cerco a la Paz y denunció que los mineros hicieron estallar varios cartuchos de dinamita cerca de conductos de hidrocarburos.
Hasta ahora, el presidente Morales se ha limitado a declarar que ambos grupos de mineros tienen la “obligación” de entenderse.
Pero los mineros de Comibol siguen exigiendo que ésta corporación sea la que se ocupe de explotar por entero el yacimiento, y los cooperativistas demandan que se respeten decretos según los cuales se les autoriza a explotar la mina.
Los obreros pertenecientes a la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) se dicen amparados para explotar el yacimiento de Colquiri a nombre del Estado, pero los mineros privados, cooperativistas, se niegan a formar parte de la empresa.
Los mineros de Comibol cercaron desde la semana pasada el yacimiento para impedirles el acceso a los cooperativistas, mientras que estos en respuesta han iniciado el bloqueo alrededor de La Paz, que en la práctica es la capital administrativa del país.
Los cooperativistas no concurrieron a un diálogo convocado por el ministro de Gobierno, Carlos Romero, y dijeron que no se sentarán a negociar si no es con el presidente, Evo Morales, quien ya tuvo problemas con protestas mineras el año pasado.
La situación se ha vuelto tensa y además explosiva después de que el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez, condenó el cerco a la Paz y denunció que los mineros hicieron estallar varios cartuchos de dinamita cerca de conductos de hidrocarburos.
Hasta ahora, el presidente Morales se ha limitado a declarar que ambos grupos de mineros tienen la “obligación” de entenderse.
Pero los mineros de Comibol siguen exigiendo que ésta corporación sea la que se ocupe de explotar por entero el yacimiento, y los cooperativistas demandan que se respeten decretos según los cuales se les autoriza a explotar la mina.