El régimen cubano volvió a amenazar con la prisión a un opositor pacífico si no abandona el país, esta vez al coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Ovidio Martín Castellanos, reportó el jueves desde la isla el líder de ese grupo, José Daniel Ferrer.
“Lo liberaron en la noche [del miércoles], dos mil pesos de multa y con la repetida amenaza de que en 15 días lo van a encarcelar”, declaró Ferrer entrevistado por Radio Martí. “Esto tiene que ver con la venganza del régimen y de su policía política contra los activistas que más se destacan en la lucha a favor de la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos”.
Acusado de un falso delito de atentado, Martín Castellanos pasó nueve meses en prisión y lo liberaron con el solo fin de que se fuera del país “lo antes posible”, explica Ferrer. Incluso, los agentes gubernamentales le insinuaron que ellos se encargarán de pagar los gastos del viaje.
“Ovidio se niega a irse del país y la policía política le manda repetidos mensajes todas las semanas --con activistas que son detenidos-- de enviarlo de nuevo a prisión” y procesarlo por el delito de atentado, reporta el líder de UNPACU.
Esta vez le dieron 15 días para que lo pensara, declara Ferrer, en un mensaje que denuncia el incremento de las expatriaciones forzosas.
El grupo Cuban Prisoners Defenders presentó esta semana un informe de 260 páginas con testimonios que denuncian los destierros de opositores pacíficos.
“Le dijeron en varias ocasiones a mis hijas: no verás más a tus padres”, declara la Dama de Blanco Ivoiny Moralobo Melo en un testimonio difundido por el grupo Cuban Prisoners Defenders, que esta semana hizo público un informe de 260 páginas enviado a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y a la Organización de Estados Americanos.
En el documento, Cuban Prisoners Defenders pide exigir responsabilidad civil y penal al régimen cubano y a sus cómplices por las expatriaciones forzosas, que según la denuncia se han multiplicado desde fines de 2018.
Su presidente, Javier Larrondo, cita el caso de Eliecer Góngora Izaguirre, que ni siquiera pasó por el mostrador de la aerolínea en el Aeropuerto de La Habana para identificarse, y los agentes de la policía política entraron a la nave, lo sentaron y le dieron instrucciones a la tripulación.