Estudio encuentra vínculo entre pesticida y mayor riesgo de Alzheimer

  • Agencias

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Los investigadores encontraron que el DDE -el componente activo que queda luego de que el DDT haya sido metabolizado en el cuerpo- era casi cuatro veces más elevado en la sangre de las personas que sufren Alzheimer que en las del grupo de control sano
El insecticida DDT, prohibido en Estados Unidos desde 1972 pero que puede subsistir en el organismo humano durante mucho tiempo, podría incrementar el riesgo de sufrir Alzheimer, según un estudio estadounidense.

Los investigadores encontraron que el DDE -el componente activo que queda luego de que el DDT haya sido metabolizado en el cuerpo- era casi cuatro veces más elevado en la sangre de las personas que sufren Alzheimer que en las del grupo de control sano.

Los autores del estudio, publicado en línea en la revista de Neurología de la Asociación Médica Americana, estudiaron a un total de 86 pacientes de más de 60 años y 79 personas de edad avanzada en buen estado de salud.

"Es uno de los primeros estudios en identificar un importante riesgo medioambiental para el Alzheimer", señala Allan Levey, director del Centro de Investigación sobre la enfermedad de Alzheimer de la Universidad Emory, en Georgia, y uno de los principales coautores del estudio.

El estudio indica que el DDE podría contribuir directamente a la formación de las placas de beta-amiloides, señala el profesor de medicina ambiental de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey, y principal autor del estudio, Jason Richardson, apuntando a la necesidad de realizar más estudios que sigan esta vía.

El DDT todavía se utiliza en muchos lugares del mundo y las autoridades de salud pública lo consideran como una importante herramienta contra la malaria. Aunque los niveles de DDT y DDE han disminuido de forma considerable en Estados Unidos desde hace 30 años, el pesticida todavía se puede detectar en entre 75 y 80% de las muestras de sangre recolectadas a la población.

"Todavía nos vemos expuestos a esta sustancia química por el hecho de que consumimos frutas, legumbres y cereales importados de países que todavía utilizan este insecticida y también porque persiste durante mucho tiempo en el ambiente", señala Richardson.