Luiz Inácio Lula da Silva asume el poder en Brasil

La inauguración de Luiz Inácio Lula da Silva, el 1 de enero de 2022. (AP Photo/Eraldo Peres).

Luiz Inácio Lula da Silva juró este domingo como presidente de Brasil con la mira puesta en la economía, la pandemia de COVID-19 y el medio ambiente como principales retos, en un ambiente político extremadamente polarizado.

Lula da Silva, de 77 años, tomó posesión junto a su vicepresidente, Geraldo Alckmin, en una ceremonia celebrada en el Cámara de Diputados del Congreso Nacional brasileño, a la que no asistió el mandatario saliente Jair Bolsonaro, quien dos días antes dejó el país rumbo a Estados Unidos.

Antes del juramento, los asistentes guardaron un minuto de silencio en tributo al recién fallecido papa emérito Benedicto XVI.

"Nuestro mensaje a Brasil es de esperanza y reconstrucción", aseguró el veterano presidente en su discurso de asunción, en el que se refirió a la "destrucción de las políticas públicas que promovían la ciudadanía, los derechos esenciales, la salud y la educación" durante la anterior administración.

"Es sobre estas terribles ruinas que asumo el compromiso, junto con el pueblo brasileño, de reconstruir el país y hacer de nuevo un Brasil de todos y para todos", insistió. El mandatario advirtió, sin embargo, que no llega a la presidencia con "espíritu de venganza".

Según Lula, entre las primeras acciones de su gobierno estará "rescatar a 33 millones de personas del hambre y rescatar de la pobreza a más de 100 millones de brasileños y brasileñas".

Lula adelantó además que reorganizará el Ejecutivo, garantizará la transparencia de su gestión, refundará los ministerios de la Mujer y de Cultura y protegerá la libertad religiosa.

Prometió además que se esforzará por frenar la inflación y promover el crecimiento económico y sustentable, así como priorizar la protección al medio ambiente, con especial énfasis en la Amazonía.

El nuevo presidente brasileño anunció que revocará los decretos que facilitaron el acceso a armas y municiones "que causaron tanta inseguridad y tanto daño a las familias brasileñas".

"Los ojos del mundo estaban puestos en Brasil en estas elecciones. El mundo espera que Brasil vuelva a ser líder en el enfrentamiento de la crisis climática y ejemplo de país social y ambientalmente responsable, capaz de promover el crecimiento económico", dijo el presidente ante el Congreso.