La declaración fija la posición en la lucha contra la pobreza, con la mención al comercio como factor que promueve el desarrollo económico, y sienta las bases para la transparencia en los procesos políticos y en la administración financiera pública y privada.
También establece iniciativas para intensificar la cooperación en la lucha contra la corrupción, el combate al terrorismo, y el fomento del comercio y de las pequeñas y medianas empresas, debido a la contribución de las economías y al desarrollo de las sociedades.
Los líderes reafirmaron su apoyo para completar el ALCA en la fecha prevista del primero de enero de 2005, pero Brasil y Venezuela se negaron a incluir esa meta en la negociación, tal como quería Estados Unidos.