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Con el misil Chapman, los Yanquis concretaron su tercer triple play de la temporada (VIDEO)

En el béisbol de las Grandes Ligas con el zurdo taponero cubano Aroldis Chapman en la lomita, los Yanquis de Nueva York concretaron su tercer triple play de esta temporada el domingo por la tarde contra los Atléticos de Oakland.
Con eso empataron un récord, pero lo más increíble es que los bombarderos del Bronx aún tienen 3 meses y medio para establecer un récord con su cuarto triple play lo cual sería único en toda la historia de la pelota profesional, o en otras palabras, 120 años.
Justamente, cuando los Atléticos estaban amenazando con hombre en primera y segunda Aroldis Chapman realizó el lanzamiento que tenía que hacer para cobrar 3 outs, el primero en tercera, el segundo en la intermedia y el tercero en la inicial. Todo el infield Yanqui involucrado en una misma jugada cobrando los 3 outs. El zurdo cubano se apuntó su rescate número 16 de la temporada y ninguno de ellos más oportuno ni mas dulce que éste.
Dicen que la triple matanza es cuestión de suerte pues es una de las jugadas menos vistas de este pasatiempo nacional y hay clubes que juegan temporadas enteras sin concretar ni uno solo. Con 3 triple plays en menos de 3 meses, los Yanquis ahora buscarán el cuarto y el récord de las mayores.
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“El Bombi” García recupera el liderazgo de las impulsadas

El jardinero cubano de los Rangers de Texas, José Adolis García, recuperó el liderazgo de carreras impulsadas en todas las Grandes Ligas, que ahora comparte con su compatriota Yordán Alvarez, de los Astros de Houston.
El Bombi, como apodan al jugador nacido en Ciego de Ávila, ha sido una máquina de remolcar corredores hacia el plato y una de las claves ofensivas del equipo, que lidera la división Oeste de la Liga Americana con el segundo mejor récord en todo el béisbol (38-20).
En la semana del lunes 29 de mayo al domingo 4 de junio, García disparó nueve cohetes en 26 turnos, para average de .346, con cinco anotadas y par de empujadas.
Como extrabases ligó par de dobletes y su slugging fue de .423.
Ahora lleva 51 impulsadas, al igual que Yordán, únicos con más de medio centenar de remolques en lo que va de temporada.
El patrullero derecho de Texas rompió una sequía de 11 juegos consecutivos sin impulsar carreras, durante la cual, Alvarez se le fue brevemente por delante en ese departamento.
Por su parte, Lourdes Gurriel Junior sigue encendido con el madero y también es uno de los pilares ofensivos de los Diamondbacks de Arizona, que comparten el primer lugar del Oeste de la Liga Nacional con los Dodgers de Los Angeles.
Yunito se fue en los últimos siete días de 22-6 (.273), con una anotada y siete empujadas.
Entre sus hits, sumó tres biangulares y un cuadrangular, para slugging de .545.
El menor de los hermanos Gurriel promedia en la campaña para .310, el quinto average más alto entre todos los bateadores del viejo circuito. Además, suma nueve bambinazos y 35 carreras empujadas.
Y el relevista derecho de los Orioles de Baltimore Yennier Cano continúa su labor dominante desde el bullpen.
Esta semana tuvo participación en tres partidos, con tres innings y un tercio de labor en los que permitió tres hits y regaló una base por bolas, pero no toleró carreras.
Ahora lleva en total 31 entradas trabajadas, con 30 ponches, cuatro juegos salvados y minúscula efectividad de 0.87.
El avileño ha sido una pieza fundamental en el cuerpo de relevistas de los Orioles, que con 37 victorias y 22 derrotas, van segundos en la división Este de la Americana.
Frío, frío
El antesalista de los Medias Blancas de Chicago, Yoan Moncada, tuvo una semana para el olvido.
En 17 turnos, apenas consiguió un imparable, para un anémico promedio de .059, con ocho abanicados.
Moncada ha elevado este año su tasa de ponches, con 31 en 110 veces (28.1%), por encima de su promedio histórico del 25%.
La novena ideal del Caribe según los contratos de sus peloteros

Para nadie es un misterio que los peloteros procedentes de las zonas caribeñas son una gran atracción en el béisbol de las Grandes Ligas. Hace muchos años que estos deportistas arriban a los Estados Unidos para enriquecer el juego, ganar campeonatos y, por qué no, asegurar grandes contratos.
Los países del área con mayor participación en la Gran Carpa son República Dominicana, Venezuela, Cuba y Puerto Rico, y sus jugadores actualmente se encuentran entre los primeros lugares en las estadísticas de campeonato, convirtiéndose en atletas muy necesarios para sus franquicias, condición que los pone en buena posición a la hora de negociar sus salarios.
Todos sabemos que estos países comparten culturas similares. El idioma, la comida, la música y, sobre todo, la forma de entender el béisbol. Desde muy pequeños, los niños comienzan a practicar este deporte bajo el mismo patrón. Las jugadas rápidas, ofensivas, el contacto físico y verbal con el oponente son elementos que nos hace ver el juego de la misma manera, no importa si eres cubano, boricua o dominicano.
En este artículo pretendemos conformar la novena ideal, posición por posición, del Caribe, según el tamaño de su contrato.
Los tres lanzadores caribeños más caros de las Grandes Ligas son el dominicano Luis Castillo, con $21,600,000, y los boricuas Edwin Díaz, con $ 19,650,000, y José Berrios, $ 15,000,000.
En cuanto a la receptoría, podemos decir que el venezolano con 12 temporadas en los Reales de Kansas City, Salvador Pérez, posee los mayores números, con $20,000,000 anuales.
El inicialista de mayor cartera y MVP de la temporada 2020 es el cubano José Dariel Abreu, con $ 19,500,000.
La mejor combinación en el campo corto y segunda base la tienen, de Puerto Rico, Francisco Lindor, con $34,100,000, y la estrella venezolana José Altuve, con $29,000,000.
El tercera base que se lleva el mejor salario anual es el dominicano de los Red Sox de Boston Rafael Devers, con $31,350,000. Recordemos que Manny Machado tiene sus raíces caribeñas pero nació en Estados Unidos.
Con el cuadro listo, y con dominio de Venezuela ubicando a Salvador Pérez y José Altuve en la lista, pasamos a los jardineros.
En la pradera izquierda aparece el dominicano Juan Soto, con $23,000,000. En el medio, el espectacular Ronald Acuña, con $17,800,000, y en la posición donde se hacen los disparos más largos hacia tercera, el jardín derecho, tenemos al también dominicano Starling Marte, con rubro de $20,750,000.
Podemos ver que, en este sector del terreno, República Dominicana alcanza los mayores números, con dos jugadores por encima de los $20,000,000.
En total, si conformamos la nómina ideal del Caribe según la dimensión del contrato, Venezuela y República Dominicana serían los países más representados, con cuatro peloteros cada uno.
Lanzador
- República Dominicana, Luis Castillo, Seattle Mariners, $ 21,600,000
Receptor
- Venezuela, Salvador Pérez, Kansas City Royals, $ 20,000,000
1ra base
- Cuba, José Abreu, Houston Astros, $ 19,500,000
2da base
- Venezuela, José Altuve, Houston Astros, $ 29,000,000
Campo corto
- Puerto Rico, Francisco Lindor, Mets New York, $34,100,000
3ra base
- República Dominicana, Rafael Devers, Boston Red Sox, $ 19,318,182
Jardinero izquierdo
- República Dominicana Juan Soto, $ 23,000,000
Jardinero central
- Venezuela, Ronald Acuña, $ 17,800,000
Jardinero Derecho
- República Dominicana Starling Marte, Mets New York, $ 20,750,000
Bateador designado
Venezuela, Miguel Cabrera, Detroit Tigers, $ 32,000,000
VENEZUELA
Lanzadores
- Martín Perez. Texas Ranger, SP, $ 19,650,000
- Germán Marquez, Colorado Rockies, SP, $ 15,300,000
Jugadores de cuadro
- Miguel Cabrera, Detroit Tigers, DH, $ 32,000,000
- José Altuve, Houston Astros, 2B, $ 29,000,000
- Salvador Pérez, Kansas City Royals, C, $ 20,000,000
- Eugenio Suarez, Seattler Mariners, 3B, $ 11,000,000
- Miguel Rojas, Miami Marlins, SS, $ 4,250,000
- Jesús Aguilar, Oakland Athletics, 1B, $ 3,000,000
Jardineros
- Ronald Acuña, Atlanta Braves, CF, $ 17,800,000
- Avisail García, Miami Marlins, RF, $ 12,000,000
- David Peralta, Angeles Dodgers, LF, $ 6,500,000
REPÚBLICA DOMINICANA
Lanzadores
- Luis Castillo, Seattle Mariners, SP, $ 21,600,000
- Luis Severino, New York Yankees, SP, $ 15,000,000
Jugadores de cuadro
- Rafael Devers, Boston Red Sox, 3B, $ 19,318,182
- Ketel Marte, Arizona Diamondbacks, 2B, $ 11,600,000
- Eloy Jiménez, Chicago White Sox, DH $ 10, 000,000
- Amed Rosario, Cleveland Guardians, SS, $ 7,800,000
- Carlos Santana, Pittsburgh Pirate, 1B, $ 6,725,000
- Francisco Mejías, Tamba Bay Rays, C, $ 2,155,000
Jardineros
- Juan Soto, LF, $ 23,000,000
- Starling Marté, Mets New York, RF $ 20,750,000
- Julio Rodríguez, Seattle Mariners, CF, $5,912,500
CUBA
Lanzadores
- Raisel Iglesias, Atlanta Braves, RP, $16,000,000
- Aroldis Chapman, Kansas Royals, RP, $ 3,350,000
Jugadores de cuadro
- José Abreu, Houston Astros, 1B, $ 19,500,000
- Yasmany Grandal, Chicago White Sox, C, $ 18,250,000
- Yoan Moncada, Chicago White Sox, 3B, $ 17,800,000
- Jorge Soler, Miami Marlins, DH, $ 15,000,000
- Aledmys Díaz, Oakland Athletics, SS, $ 6,500,000
- José Iglesias, Colorado Rockies, SS, $ 5,000,000
Jardineros
- Luis Robert Moiran, Chicago White Sox, CF, $ 9,500,000
- Yordan Álvarez, Houston Astros, LF, $ 7,833,333
- Randy Arrozarena, Tamba Bay Rays, LF, $ 4,150,000
PUERTO RICO
Lanzadores
- Edwin Diaz, Mets New York, RP, $ 19,650,000
- José Berrios, Toronto Blue Jays, SP, 15, 000, 000
Jugadores de cuadro
- Francisco Lindor, Mets New York, SS, $34,100,000
- Carlos Correa, Minnesota Twins, SS, $ 33,333,333
- Javier Baez, Detroit Tigers, SS, $ 22,000,000
- Christian Vazquez, Minnestota Twins, C, $10,000,000
- Erick Hernádez, Boston Red Sox, SS $ 10,000,000
Jardineros
- Eddie Rosario, Atlanta Braves, LF, $ 9,000,000
- Willie Castro, Minnesota Twins, LF, $ 1,800,000
- JD Menéndez, Kansas City Royals, RF, $ 726,500
Los tres hechos que cambiaron el béisbol en los últimos 100 años

Este 2023 ha sido un año de drásticos cambios en las Grandes Ligas, con la entrada en vigor de nuevas reglas, tendientes a agilizar el juego.
Con opiniones divididas a favor y en contra, las regulaciones implementadas por el comisionado Rob Manfred no clasifican, sin embargo, entre los cambios más trascendentales en la historia.
En los últimos 100 años, el béisbol ha sufrido una serie de cambios que lo han llevado al punto en que nos encontramos en la actualidad.
Algunos han sido extraordinarios, otros apenas mínimos, pero todos conforman eslabones de una cadena interminable de modificaciones.
Sin embargo, hay tres hechos a partir de 1920 sin los cuales no podríamos ni hablar de lo que son hoy las Grandes Ligas.
1.- Babe Ruth llega a los Yankees
En 1919, Harry Frazee era el dueño de los Boston Red Sox, aunque su verdadera pasión, más que el béisbol, era el teatro musical.
Babe Ruth era el mejor jugador de las Grandes Ligas, bateador extraordinario y lanzador estelar de los Medias Rojas, que había llevado hasta 29 el récord de jonrones en una temporada.
Frazee estaba necesitado de plata para financiar sus puestas en escena y Boston, campeón de la Serie Mundial el año anterior, había terminado sexto entre ocho equipos de la Liga Americana.
Cinco días antes de que terminara el año, el productor teatral tomó una decisión que cambió para siempre la historia del béisbol y le vendió a los New York Yankees a Babe Ruth por 100 mil dólares, una cifra exorbitante para la época.
En 1920, el poderoso toletero vistió por primera vez el uniforme de rayas de los Yankees, hasta entonces un modesto equipo que desde su nacimiento como los Highlanders en 1903, lo más que había logrado era quedar segundo en tres ocasiones en el joven circuito.
En su nueva novena, Ruth ocupó un puesto de bateador y jardinero a tiempo completo y un año después la llevó a la primera de sus 40 Series Mundiales.
La llegada del Bambino a Nueva York revolucionó el béisbol y convirtió a los Yankees en la franquicia deportiva más famosa del planeta.
La prensa deportiva de la época acuñó el término "bambinazo" para referirse a sus batazos de cuatro esquinas y la suerte de los Yankees cambió para siempre, tornándose en una fuerza imparable que hoy luce en sus vitrinas 27 coronas en clásicos de octubre.
Entretanto, a los Medias Rojas les cayó la 'Maldición del Bambino', que duró 86 años antes de que volvieran a ganar una Serie Mundial.
2.- Jackie Robinson rompe la barrera racial
Las Grandes Ligas siempre se han vanagloriado desde su nacimiento de tener el mejor béisbol del mundo, pero algo faltaba para que esa afirmación fuera una verdad absoluta.
Los peloteros de raza negra estaban vetados para jugar en las Mayores desde que a finales del siglo XIX, Cap Anson, mánager-jugador de los Chicago Cubs y primera estrella genuina que tuvo el béisbol en sus albores, se negara a compartir el terreno con jugadores de piel oscura.
En la década de los años 40 del siglo XX, muchos de los mejores peloteros de las Grandes Ligas se alistaron en el ejército y fueron a combatir en la Segunda Guerra Mundial y el espectáculo decayó por la ausencia de estrellas como Joe DiMaggio y Ted Williams, entre otros.
Los negros tenían su propia liga y los equipos de las Mayores les alquilaban sus estadios los días que no había partidos para que ellos jugaran allí.
Un visionario llamado Branch Rickey, gerente general de los Dodgers de Brooklyn, vio la gran cantidad de público de todas las razas que atraían aquellos encuentros por la indiscutible calidad de los jugadores, en los que vio una mina de oro para llenar el vacío de quienes habían tomado las armas para combatir a la Alemania Nazi en Europa.
Aunque para finales de 1945 la guerra había terminado y las estrellas comenzaban a regresar a casa, Rickey estaba decidido a llevar su revolucionaria idea adelante y el 23 de octubre de ese año escandalizó al entonces conservador mundo del béisbol, al firmar como agente libre a Jackie Robinson, un jugador de cuadro que brillaba en las Ligas Negras con los Kansas City Monarchs.
Tras pasar la temporada de 1946 en AAA, el 15 de abril de 1947, se convirtió en el primer pelotero de raza negra en jugar en Grandes Ligas desde que se estableció la infame barrera racial en el siglo XIX.
Robinson, con un estoicismo a prueba de balas y consciente del papel histórico que le tocó desempeñar, le abrió las puertas de las Mayores a sus hermanos de raza.
Llegaron entonces otros inmortales como Satchel Paige, Frank Robinson o Willie Mays.
A partir de ahí, las Grandes Ligas estuvieron finalmente completas y la afirmación de que se trata del mejor béisbol del mundo se convirtió en una verdad absoluta.
3.- Curt Flood desafía la cláusula de reserva
Curt Flood fue un buen pelotero, ganador de siete Guantes de Oro, asistente a tres Juegos de Estrellas y ganador dos veces de la Serie Mundial con los St. Louis Cardinals.
Pero su lugar en la historia se lo ganó fuera del terreno, cuando en los convulsos años 60, cuando Estados Unidos estaba inmerso en la lucha por los derechos civiles, desafió al entonces comisionado de las Grandes Ligas, Bowie Kuhn, al rechazar un cambio a los Philadelphia Phillies.
Fue el día de Nochebuena de 1969 cuando Flood envió a Kuhn una carta en la que le notificaba su negativa a aceptar el canje a los Filis.
"Después de doce años en las Grandes Ligas, no siento que sea una propiedad para comprar y vender, independientemente de mis deseos".
"Creo que cualquier sistema que produzca ese resultado viola mis derechos básicos como ciudadano y es incompatible con las leyes de los Estados Unidos y de varios Estados".
"He recibido una propuesta de contrato de Filadelfia, pero creo que tengo derecho a considerar las ofertas de otros clubes antes de tomar cualquier decisión".
Kuhn respondió con otra carta llena de formalismos, en la que le negó la posibilidad de optar por otros equipos y Flood, apoyado por el abogado Marvin Miller, líder del sindicato de jugadores, presentó una demanda en las cortes.
El jardinero central de los Cardenales había destapado la caja de Pandora, al cuestionar la hasta entonces existente cláusula de reserva, que permitía a los equipos disponer a su antojo la suerte de los peloteros.
El caso conocido como Flood vs Kuhn pasó por las diferentes instancias hasta llegar a la Corte Suprema de Justicia durante un proceso legal que demoró dos años y medio.
Flood no jugó en 1970, ni con los Filis ni con cualquier otro equipo, mientras que apenas participó en 13 partidos en 1971 con los Senadores de Washington, con lo que puso fin a su carrera.
Aunque la Corte Suprema confirmó, por un margen de 5 a 3, la exención antimonopolio otorgada a las Grandes Ligas en 1922, admitió que los fundamentos originales de esa exención eran frágiles.
Esa admisión puso en marcha entonces una serie de eventos que finalmente condujeron a la anulación de la cláusula de reserva y abrió las puertas al surgimiento de la agencia libre en el béisbol, que luego se hizo extensiva a otros deportes.
Sin aquella aparentemente inocente carta de Flood al comisionado Kuhn, los deportistas profesionales de Estados Unidos (no sólo los beisbolistas) no ganarían los salarios estratosféricos de hoy, de acuerdo con lo que dicta el mercado, en lugar de quedar a merced del capricho de los dueños de equipos.
Cookie Rojas, inmortalizado en cuatro salones de la fama del béisbol

Cuba ha sido una fábrica de producir grandes peloteros. Jugadores que han hecho historia en cada liga por la que han desfilado. Dentro la historia del béisbol de Grandes Ligas, contados con las manos son los peloteros que han jugado todas las posiciones, incluyendo la de pitcher, pero sólo uno de ellos pudo ser miembro del Juego de Estrellas en ambas ligas. Su nombre es Octavio Víctor Rojas pero, para el mundo de las bolas y los strikes, su apodo de Cookie lo hace más que reconocido.
Rojas nació en la Habana, Cuba, un 6 de marzo de 1939, y nunca imaginó que el apodo que su madre de cariño le decía por considerarlo un niño lindo y muy agradable, se convertiría en el sobrenombre que el mundo del béisbol usaría para siempre, y el que lo llevó a estar no sólo entre los mejores peloteros cubanos de la historia de la Major League Baseball, sino que quedaría inmortalizado en cuatro salones de la fama, el de los Phillies de Philadelphia, el de los Reales de Kansas City, el de Cuba y el del Museo de Béisbol de la Herencia Hispana.
En esta entrevista que le pude hacer a Cookie Rojas en junio de 2018, el estelar jugador cubano recordó sus inicios en el béisbol:
“En Cuba empecé a jugar en Little Leagues (Ligas Pequeñas), entonces poco a poco me fue gustando cada vez más el béisbol y después participé en mi colegio con el equipo de High School (secundaria) “La Luz”, en Cuba.
Pasé después al equipo Amateur “Fortuna”, donde jugué como amateur un año solamente, ya que fui firmado por el equipo profesional los “Cuban Sugar Kings”, después del año 55 y el año 56 fue la primera vez que salí de Cuba para poder jugar béisbol profesional.”
Cookie no olvida esos años en los Sugar Kings, equipo que no pudo llegar a ser parte de la expansión de Grandes Ligas en los sesenta debido a la abolición del béisbol profesional en la Isla.
“Los “Sugar Kings” en el 58 consiguieron mi contrato y me fui a jugar con ellos en Cuba, donde ganamos, por cierto, la pequeña Serie Mundial contra el equipo de Minnesota.
Después más adelante con lo que sucedió con la Revolución y lo que pasó en Cuba, que pararon todo el profesionalismo en los deportes, pues tome la decisión de venir a Estados Unidos que era el sueño que tenia de poder llegar al tope del béisbol que eran Las Mayores y gracias a Dios pudimos hacerlo”.
Cuando al fin fue llamado a las Grandes Ligas con los Rojos de Cincinnati, en 1962, dio su primer hit en el mejor béisbol de mundo frente al lanzador zurdo de los Dodgers, Sandy Koufax, pero para sorpresa de muchos, Cookie fue cambiado a los Phillies de Philadelphia la siguiente temporada por el lanzador relevista Jim Owens, movida que lamentarían los Rojos.
“Me cambiaron a los Phillies de Philadelphia, donde estaba Gene Mauch, que era el manager, y ahí tuve la oportunidad de jugar 7 años. Y lo más importante de mi carrera era que yo era segunda base. Había jugado segunda base toda mi vida en las menores, nunca había jugado otras posiciones, pero con Gene Mauch, que era un manager que creía muchísimo en zurdo y derecho y derecho contra zurdo, pues naturalmente, me empezó a poner en diferentes posiciones, y así llegué a jugar las 9 posiciones con el equipo de Philadelphia, siendo, creo, el primer hombre en el béisbol en hacerlo en la Liga Nacional. Hubo otros dos hombres, que yo me recuerde, que lo han hecho, que son Bert Campaneris y también el venezolano Cesar Tovar, del Caracas, que también jugó las 9 posiciones, pero fueron una posición por cada inning, y fue más bien por una publicidad que hicieron. Ellos jugaron todas las posiciones en un día, pero yo lo hice a lo largo de la temporada. Incluso, conseguí lanzar un inning frente a los Gigantes de San Francisco para completar las nueve posiciones con el equipo de los Phillies”.
Una temporada inolvidable sería la de 1965, donde Rojas no sólo fue el mejor jugador de Philadelphia, sino que estuvo entre los favoritos para ganar el premio MVP de la Liga Nacional, terminando 26 en las boletas. En esa contienda, el cubano batóo para .303, con 42 remolcadas, 158 hits y sólo se ponchó 33 veces.
“Sí señor, eso es un año que no se lo olvida y, de hecho, tanto en la Liga Nacional como en la Americana llegué a batear en una temporada para 300” dijo emocionado Rojas.
Luego de siete temporadas en Philadelphia, los Phillies tomaron la decisión de cambiar a Rojas a los Cardenales, junto al popular Dick Allen y el pitcher Jerry Johnson, por el jardinero Curt Flood, pero este daría pie al famoso “Caso Flood”, el cual cambió para siempre la historia del béisbol de las Grandes Ligas, sentando base para el nacimiento de la agencia libre, algo que recordó Cookie en mi entrevista.
“Lo más importante es que, cuando fui cambiado a San Luis por Philadelphia junto a Dick Allen, nosotros en realidad iniciamos lo que fue el futuro de los agentes libres, porque en esa época cada equipo tenía los jugadores completamente cerrados, no podían ir a ningún lado, se hizo el cambio y Curt Flodd, el jardinero central de los Cardenales, se negó a ir a Phildelphia, y ahí es donde empezó la agencia libre”.
En ese último año con los Rojos, Cookie había promediado solo para .228 y apenas bateaba .106 con los Cardenales cuando fue de nuevo cambiado a los Royals, pero el cubano estaba lejos de terminar su carrera, pues en Kansas City renacería nuevamente, poniendo maravillosos numeritos que lo llevaron a estar representándolos en el Juego de Estrellas por cuatro años consecutivos, y a hoy en día ser miembro del Salón de la Fama de ese equipo.
“Cuando pasé al equipo de Kansas City, después del 72, tuve la oportunidad de jugar una sola posición y logré participar en 4 Juegos de Estrellas consecutivos, o sea, sumando 5 con el que hice en la Liga Nacional, que eso para mí fue un honor, el haber estado entre los mejores jugadores del béisbol”.
Terminó finalmente su carrera como ligamayorista en 1977 con los Royals, siendo la segunda base con más partidos jugados (789) solo por detrás de Frank White (2151) en la historia de la franquicia y participando en los playoffs del 76 y 77 contra los Yankees. Cookie dejó de por vida un promedio de .263, con 593 remolcadas, 1660 hits y se poncho apenas 489 veces en 6871 apariciones en el plato.
Luego de ser pelotero, Rojas siguió en el béisbol como entrenador y scout de los Angelinos de Los Ángeles, y luego coach de los Marlins de Florida, Mets de Nueva York y Azulejos de Toronto, y desarrolló una carrera detrás de los micrófonos como narrador de béisbol con los Marlins. Su hijo Víctor le siguió los pasos en la locución.
Hoy, Rojas descansa y disfruta de su vida de entrega y amor por el béisbol, junto a su hijos y nietos, que lo admiran tanto como todos los cubanos que amamos el deporte de las bolas y los strikes.
Primer equipo femenino de árbitros en Cuba irrumpe en béisbol dominado por hombres

El primer equipo de árbitros exclusivamente femenino de Cuba está ganando aplausos al oficiar juegos de béisbol de primer nivel en un deporte que es una obsesión nacional en la isla y dominado durante mucho tiempo por los hombres.
La ex jugadora de béisbol y softbol Janet Moreno ha abierto un camino solitario durante 18 temporadas como la primera mujer árbitro de las ligas superiores de Cuba, pero se le unieron otras tres hace unos meses.
"Las cosas están empezando a cambiar", dijo Moreno, de 49 años, luciendo su atuendo negro antes de un partido reciente en el Estadio Latinoamericano de La Habana. “Esta es la primera vez en las Américas que un equipo de mujeres trabaja en la máxima liga de un país”.
"Queríamos estar por delante", dijo. Incluso en las Grandes Ligas de Béisbol de EE.UU., el torneo de béisbol más visto del mundo, nunca ha habido una mujer árbitro.
Preparándose para otro juego esta semana, las cuatro mujeres intercambiaron bromas y dijeron que esa camaradería las ayudó a tener éxito.
"Me mantengo enfocado en mi trabajo en el campo. Me desconecto de lo que sucede en las gradas", dijo Cumba, de 43 años, quien pasó ocho años como árbitro de béisbol juvenil. El béisbol no es el único deporte que se está volviendo más inclusivo: Cuba a finales del año pasado organizó sus primeros combates oficiales de boxeo femenino desde la revolución de Fidel Castro en 1959.
Moreno, que sueña con algún día arbitrar los Juegos Olímpicos o el Clásico Mundial de Béisbol, bromea diciendo que su nueva fama no significa que deba renunciar a su feminidad. “Cuando salimos (a arbitrar) usamos perfume, para que se sienta como si hubiera una flor en el campo y no se debe maltratar a la flor”, dijo.
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