Arte y Cultura
Armando de Armas: "El exilio político es una pequeñez al lado del exilio del alma"

Este segmento de "Dile que pienso en Ella" abre sus puertas esta semana para recibir al escritor cubano y periodista de Radio Martí, Armando de Armas. Claridad, intensidad y altura son tres adjetivos justos para definir esta presentación, que va mucho más allá de lo "nacional cubano" para ubicarnos justamente en un tiempo y un espacio inclusivo, sin concesiones chauvinistas.
¿Cuál fue el detonante que te impulsó a marcharte de Cuba?
En 1989 había escapado de una cárcel en Camagüey, después de un enfrentamiento físico con elementos de Tropas Especiales, con una alardosa –alardosa por sangrante- herida a causa de un culatazo de pistola Makarov en la cabeza y sin haber recibido atención médica alguna (lo curioso acá es que, hace unos días, en Miami, 30 años más tarde, durante un chequeo de rutina, resulta que sale a relucir que tengo un vacío en el cráneo de más de una pulgada debido a una fractura de cráneo que, obviamente, soldó sola y sin saberlo yo. Según el médico, me salvé porque sangré).
Luego me vinculé, a través de mi difunto amigo, actor y ex preso político por 18 años, Justo Quintana -quién se exilió poco tiempo antes que yo-, a un grupo de Miami que actuaba clandestinamente dentro de Cuba (¡mira qué cosa, ahora los clandestinos se han puesto de moda!), que se nombraba El Ex-Club y era comandado por Rolando Borges, que también cumplió una larga condena de prisión; ambos estuvieron involucrados en planes para despachar a Fidel Castro al otro barrio.
Bueno, ese accionar en las sombras, el llevar una vida al margen de las normas sociatas y el empeñarme en una escritura libre -escritura alimentada, por cierto, en esa vivencia-, hicieron que se estrechara el cerco sobre mi persona, de modo que tuve que escoger entre regresar a las rejas o escapar y, claro, escapé clandestinamente.
Conmigo en esa fuga traje los manuscritos de toda mi obra escrita en Cuba y que ha sido publicada después en el exterior, novelas como La tabla, cuya segunda edición se presentará el próximo 21 de febrero.
¿Qué esperabas encontrar del “otro lado”?
Que la policía política no tocara a mi puerta a las tres de la madrugada.
¿Qué encontraste?
Que la policía política no ha tocado a mi puerta a las tres de la madrugada.
¿Qué has aprendido durante el proceso?
Que el exilio político es una pequeñez al lado del exilio del alma.
¿Qué es para ti la libertad?
La defensa de la personalidad frente a la amenaza de la avalancha de lo colectivo, feo, deforme y masificador, del caos en suma, de modo que uno pueda someterse a un orden superior, sostenido en la exaltación de los valores jerárquicos, aristocráticos y cualitativos. La libertad, como el amor, es asunto de seres superiores, del hombre diferenciado.
Un mono no es libre porque salta de rama en rama, ni un caballo salvaje porque corre la crin al viento en una planicie, el primero está atado a las ramas y el segundo a la planicie. El hombre común está atado, y de qué manera, a las apetencias de su estómago y de su sexo. Sólo el atarnos al espíritu y a los ordenamientos que de él emanan nos hacen libres.
La causa verdadera de la decadencia de Occidente contemporáneo reside precisamente en el hecho de que los valores espirituales que una vez impregnaron el orden social han sido soslayados, sin que se haya sabido sustituirlos por otra cosa que no sean naderías historicistas y materialistas; por una fanática religión racionalista.
¿Ejemplos cercanos de esas naderías, religión usada como sucedáneo de lo superior? En Cuba quitaron al Cristo de las casas y pusieron al Castro. En EEUU quitaron la oración de las escuelas y han puesto el dogma de lo políticamente correcto.
El problema -según aseguraba el eminente filósofo italiano Julius Evola (1898–1974)- es que se ha descendido al nivel de factores económicos, industriales, militares, administrativos y, como máximo, sentimentales, sin darse cuenta que todo esto no es más que mera materia, necesaria hasta donde se quiera, pero nunca suficiente, para producir una ordenación social sólida y racional, apoyada sobre sí misma, de la misma forma que el simple encuentro de fuerzas mecánicas no producirá jamás un ser viviente.
En esa ecuación enunciada por Evola no hay cabida para la libertad. La libertad política no sería más que el resultado ulterior de la libertad de espíritu.
¿Las experiencias vividas han cambiado en ti el concepto Patria? ¿Piensas a menudo en “Ella”?
Mira, mi concepto de patria es contrario al de José Martí. La patria de Martí es política, social, revolucionaria, reivindicativa, romántica. Mi patria es paisaje, tierra y sangre, Cienfuegos, Sta. Clara, el cabaret Guanaroca en la primera y el bar La Diana de la segunda, donde mi padre, un santo varón, tuvo una sangrienta reyerta a botellazos y puñetazos, La Habana y, claro, Cuba.
Mi patria es la misma de Gertrudis Gómez de Avellaneda, un bello territorio que pertenecía, en tanto provincia, al imperio más grande que jamás haya existido, el Imperio español -ese donde, en tiempos de Carlos V, jamás se ponía el sol-, y que, por si fuera poco, entronca con el padre de Europa, el Imperio romano.
El concepto patrio de Martí, es el del Estado nación que surge en el siglo XVII con el tratado de Westfalia, al final de la guerra de los Treinta Años (1648), que se manifiesta trinitariamente como revolución liberal, revolución burguesa y revolución industrial, pero que ya tiene sus antecedentes en la brutal escabechina de la revolución francesa.
La apoteosis de esa creación del XVII tiene lugar en el XIX, el tiempo de Martí. El Estado nación es artificial, un invento de la modernidad desasido de toda sacralidad y de toda tradición, un invento en que la monarquía y el heroísmo han sido sustituidos no por la libertad, como se nos ha hecho creer, sino por la banca y la propaganda.
Una nación para mí concepto se acerca a la definición que da el filósofo alemán Oswald Spengler (1880-1936) en el sentido de que se manifiesta en una cultura que ha llegado a desarrollar un pueblo dado por al menos mil años, pero hay pueblos que nunca llegan a ser cultura y, por ende, nación.
Así, los cubanos tenemos poco más de 500 años de historia, luego somos apenas un pueblo, multitud de pueblos han desaparecido en el enrojecido remolino de la historia sin llegar a ser nunca una cultura, ¿quién se acuerda hoy de los pueblos prehelénicos, los pobres pelasgos?, ¿quién, de los pobres y apocados guanajatabeyes, acorralados hacia el extremo occidental de la isla antes de la llegada de los españoles por esos feroces supremacistas, que fueron para ellos los siboneyes y taínos?
Bueno, pobres y apocados y todo, los guanajatabeyes parece que han dejado huellas en este hemisferio al menos desde el 1000 antes de Nuestro Señor Jesucristo.
Para mí, la patria depende y se enmarca dentro de una cultura. La cultura, por tanto, es superior a la patria y puede abarcar varias patrias, está regida por un espíritu específico y tiende a expresarse en el imperio o en la idea imperial.
Gracias a los grandes imperios, el mundo pudo pasar de espantar el hambre con un palo, y las interminables guerras intertribales, a largos periodos de paz y prosperidad, que dieron lugar a espacios habitables, tan amables y de tanta altura en todas las ramas del arte, el saber y lo numinoso, como eso que hemos dado en llamar Civilización occidental.
Las culturas, y el espíritu que las determina, son cíclicas y por lo mismo estoy persuadido de que el imperio o la idea imperial estará de vuelta como parte de un nuevo espíritu epocal, que no sería otra cosa que el regreso, en alguna medida, a periodos históricos anteriores; anteriores a la revolución francesa al menos.
Por supuesto, no es que regresaremos con los carruajes de caballos, las espadas y la luz de los candelabros, regresaremos en los modos de gobernarnos, de los valores, de las relaciones sociales, de las relaciones económicas y de las relaciones del hombre con lo divino.
En ese nuevo mundo, muy viejo en verdad, no tendrán cabida los estrechos nacionalismos que tanto mal han hecho a la humanidad. Para darse cuenta de que la idea de la historia como un devenir no rectilíneo sino circular -en espiral más bien- no es una idea descabellada, baste con echar un raudo repaso a la historia y ver que, por ejemplo, el periodo del fin del imperio romano se parece más a nuestra época que al periodo medieval que le sucedió, y que el periodo renacentista está más cerca de la antigüedad grecolatina que de la misma Edad Media que viene sustituir. El hombre de la caída de Roma es tan moderno, decadente y desasido de toda divinidad, como el hombre del presente. Mi patria por tanto, es una cultura y, sobre todo, un idioma, el idioma español, ahí es que habito hasta ver si un día Dios permite que pueda regresar a la patria del paisaje, la tierra y la sangre.
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Artista recrea el concepto de Cuba como un país cárcel con la serie "Cercados" (FOTOS)

“Cercados” es el nombre de la nueva serie de dibujos que ofrece el artista cubano autodidacta Dayán Melián Castro.
Nacido en Camagüey y criado en La Habana desde muy pequeño, el joven dijo a Martí Noticias que sus inicios en las Artes Plásticas surgen a partir de su participación el año 2020 en la pintura de varios murales, invitado por el grafittero Yulier P., cuando comenzó a imbuirse en el arte callejero y contestatario.
Sobre su primera serie que se llamó “Luminarias” nos explica que reflejaba la aguda situación del país, con los apagones generales y la desidia gubernamental.
El artista nos presenta ahora “Cercados”, una serie que, según él, “nace de la propia realidad de los cubanos, dentro un país cárcel donde los ciudadanos no tienen los mínimos derechos para vivir en libertad, todo esto amparado por el Código Penal Cubano”.
Melián Castro usa su obra en esta nueva serie para denunciar precisamente la falta de la libertad de expresión y las condenas injustas que se imponen en la Isla a quienes piensan diferente.
Con detalles precisos, el artista retrata y versiona el Escudo Nacional, encierra al gorro frigio en una jaula de metal, en clara referencia a las restricciones en Cuba.
También nos presenta la figura del Héroe Nacional José Martí realizando con sus manos el gesto de la "L" de libertad, que hacen los opositores cubanos y lo dibuja cercado con alambres de púas. En sus obras aparece el icónico Malecón habanero y también palomas volando en libertad.
La última de las imágenes de “Cercados” representa al Tocororo, el ave nacional cubana, encerrada también en una jaula de metal.
Dayán Melián Castro ha compartido en sus redes sociales todos los dibujos que pertenecen a esta nueva serie “Cercados” nombrada así en alusión a las faltas de libertades en Cuba.
La colección "Rompiendo el silencio" del diseñador Alberto Leal: un grito por la libertad de Cuba
En el segmento "Exprésate con arte" el diseñador cubano, radicado en Estados Unidos, Alberto Leal presenta su colección "Rompiendo el silencio".
El arte sobrevivirá, no los que trataron de destruirlo, aseguran cineastas cubanos

La Asamblea de Cineastas de Cuba (ACC) reiteró este martes el derecho de los creadores cubanos a hacer un cine sin prohibiciones y a ser respetados, independientemente de sus posturas religiosas, ideológicas o de su cosmovisión.
“Tenemos derecho a que nuestro cine sea libre y exhibido sin restricciones, que nuestros artistas sean reconocidos respetando sus posiciones políticas, sus creencias y sus maneras de comprender y representar nuestro entorno”, afirmaron en una declaración publicada en su perfil oficial en Facebook.
En relación con la nueva declaración de la ACC, tres creadores cubanos dieron sus criterios a Martí Noticias.
“La Asamblea de Cineastas suele tener un tono moderado a la hora de pronunciarse, cosa que es entendible porque está compuesta por personas muy diversas que tienen distintas perspectivas sobre los asuntos relativos a la política cultural cubana y a la cultura en Cuba, pero coinciden en que es importante colisionarse y expresarse como comunidad de creativos ante las autoridades de cultura”, indicó desde España, el artista visual Julio Llópiz Casal.
El comunicado reconoce a colegas de la talla de Tomás Gutiérrez Alea, Humberto Solás, y Nicolás Landrián, entre otros, “que demostraron el enorme poder que tienen las imágenes para describir lo que fuimos, somos o quisiéramos ser”.
“Ellos hicieron sus obras, nosotros hoy, hacemos las nuestras. No tienen que ser iguales, no tienen que ser mejores, solo tienen que ser honestas”.
Sin embargo, “para ciertos funcionarios culturales, con una mentalidad vieja, la honestidad es una plaga, que debe ser exterminada”, lamenta la nota.
“Me hace perder credibilidad en qué se está defendiendo. No se puede pasar página cuando lo principal esté irresuelto y lo principal es la autonomía”, consideró la actriz, escritora y productora Lynn Cruz, desde la capital cubana.
“Es llamar a las cosas por su nombre. Es denunciar que el Decreto Ley 373 dejó al cine en un campo de batalla entre cineastas y burócratas, pues es absolutamente ambiguo cuando dice que los contenidos tienen que estar ‘dentro de las libertades que permite la revolución cubana’, en un país donde institución y revolución son la misma cosa”, añadió la actriz.
La declaración de los cineastas critica al Grupo Temporal de Trabajo (GTT), establecido por el Gobierno: “Hay una clara reticencia a reconocer a la Asamblea como interlocutora, en cambio se citan selectivamente a cineastas para dar la impresión de que existen diálogos y acuerdos, repitiendo el viejo método de "divide y vencerás"’.
Al respecto, Llópiz Casal señaló que le pareció positivo en la declaración “que hagan referencia al hecho de que las autoridades se niegan a dar legitimidad a la Asamblea y la ignoran, pero, por otra parte, se dedican a citar de manera individual a miembros cuidadosamente elegidos de la Asamblea para dar una idea de que están interesados en dialogar con los artistas”.
Asimismo, aplaudió que la Asamblea aluda a “los artistas que se mantienen en silencio y que evaden la posibilidad de expresarse de manera frontal, independientemente de las consecuencias, están contribuyendo al menoscabo del entramado cultural que, desde hace muchos años, por demás, lleva sufriendo esta censura y que ha tenido que denunciar una y otra vez porque no suceden cosas que beneficien la libertad de expresión”.
En ese sentido, Cruz apuntó que “no son solo las instituciones las que han dado la espalda a la Asamblea, sino los propios miembros que han participado y que han continuado dialogando con dichas instituciones, de espaldas a la Asamblea y que además han creado divisiones”.
Los integrantes de la Asamblea expresaron, otra vez, su rechazo a la censura y la exclusión en cualquier tipo de manifestación del arte o la literatura.
“De nada vale “rehabilitar” o “perdonar” con el tiempo a las víctimas, si las ideas que legitimaron un procedimiento siguen vigentes y caen sobre nuevos cuerpos y obras”, dijeron los cineastas en referencia a la vieja práctica de las autoridades de condenar al ostracismo a escritores y artistas y luego volver a admitirlos en las instituciones:
“Hay artistas injuriados, perseguidos, maltratados. Sobre ellos pesan la sospecha y la incertidumbre”, subrayaron.
“Hemos denunciado durante décadas esos atropellos y los que tienen que tomar las decisiones para acabar con ellos de raíz, se muestran impávidos y condescendientes. Eso se llama irresponsabilidad política”, calificó la comunicación de la Asamblea.
“El arte sobrevivirá, a los que un día hablando en su nombre, hicieron todo lo posible por destruirlo. Será su vergüenza, pero no la nuestra”, concluye.
“Me parece muy loable que hayan usado la palabra vergüenza, que es una palabra tan precisa y que no se presta a malentendidos para referirse a que la vergüenza caerá sobre quienes censuran, no sobre los artistas que hacen su obra con honestidad”, elogió Julio Llópiz Casal.
La escritora y periodista, Yania Suárez, consideró que la Asamblea de Cineastas es un esfuerzo combinado contra la censura que “hay que tener en cuenta” y “entender su complejidad”.
“A veces puede desilusionarnos, por ejemplo, yo no estoy de acuerdo con que no hayan dejado entrar a prensa independiente a sus predios; a veces a uno puede parecerle un poco tibia alguna declaración, como esta última que parece pecar de ingenuidad, parece escrita por personas que no han vivido en Cuba durante 60 años, que se enteran ahora de que la censura existe, que existe un aparato represivo”, precisó la narradora, residente en La Habana.
“Pero hay que pensar que son muchos artistas de dentro y de fuera de Cuba, tratando de ponerse de acuerdo y que, como cada esfuerzo colectivo que ocurre en este país contra la censura, está muy minado por la Seguridad del Estado”, agregó.
Pero han obtenido resultados significativos: “El fondo para el desarrollo del cine cubano manejado por artistas”, la inclusión de artistas de fuera de Cuba y artistas censurados en la Isla.
“Creo que hay personas inteligentes pensando cómo hacer las cosas. Les quedan muchas estrategias de resistencia por explotar. Ahora quisieron ir al cementerio, ingenuamente, a hacerle un homenaje a Landrián; no los dejaron, pero ya es algo que está avisando al poder, diciéndole ‘mira, podemos salir a la calle también”’, destacó Suárez.
Erotismo y realismo sucio en las “Noches y Días Urbanos” de Edel Carrero

“Noches y Días Urbanos” es el debut literario del actor y activista cubano Edel Carrero, un texto de realismo sucio donde el humor negro, el erotismo y la realidad cubana son los ingredientes fundamentales.
El libro se divide en tres capítulos: “Explorando La Habana, “Mis adorados y tormentosos romances” y “El Tabla, Spider y yo”.
En conversación con Martí Noticias el autor dijo que estos textos nacen a raíz de sus estudios de actuación en el Grupo Olga Alonso y las enseñanzas de su profesor Humberto Rodríguez acerca de "las escenas invisibles, que no es más que lo que el público no ve en una obra de teatro".
“El profesor nos enseñó a escribir sobre estos personajes. De ahí empecé a contar sobre los que interpretaba y me di cuenta que se me daba de manera fácil armar una historia y crearles una vida”, relató el actor.
Con estas herramientas, su facilidad de palabra y el impulso de su buen amigo, el actor Rubén Cortada, se decidió a escribir este libro.
También confesó que le sirvió de inspiración la lectura de “Trilogía sucia de La Habana”, de Pedro Juan Gutiérrez, quien escribe también sobre realismo sucio, pero aclaró que bajo ningún concepto lo copió, sino que se inspiró en ese estilo.
"El género es muy interesante ya que se puede utilizar para muchas cosas, además de que es un estilo de lectura fácil, que lo entiende desde el más catedrático hasta la persona más sencilla", afirmó.
Carrero dijo que le gusta mostrar la vida como es, porque muchas personas intentan ser supuestamente correctas "algo que no entiende porque esa línea entre lo correcto y lo incorrecto, es bien difusa".
“Todos los personajes son reales al igual que los lugares, solo cambié los nombres para proteger la identidad de cada uno de ellos” explicó.
El humor que caracteriza a los cubanos está presente en las historias del libro, el autor insiste en que lo emplea para narrar y criticar varios flagelos de la sociedad cubana: el machismo, la falta de libertades, el sistema impuesto por el régimen, la prostitución, la situación de los artistas cubanos y las dificultades por las que pasan los jóvenes en la Isla por no tener opciones para disfrutar.
Utiliza además en su narrativa recursos literarios como el erotismo, lo que unido a una alta dosis de realismo sucio, nos ofrece un retrato descarnado de la vida nocturna y real de La Habana.
El escritor adelanta que tiene en preparación una segunda parte de este libro que lleva el nombre de “Cocinando en libertad” donde cuenta todos los sucesos que giran sobre lo sucedido en las protestas del 11 de julio de 2021.
Carrero participó en la sentada del 27 de noviembre del 2020 frente al Ministerio de Cultura, dando origen al movimiento 27N y también se manifestó frente al antiguo Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), conocido ahora como Instituto de Información y Comunicación Social, durante el levantamiento popular del 11J.
Por su activismo contra el régimen fue expulsado de su trabajo como informático en el Centro de Teatro de La Habana.
“Noches y Días Urbanos” ya está disponible en todos los formatos y puede ser adquirido en la plataforma Amazon.
"Rompiendo el silencio": diseñador cubano conmueve al público en Semana de la Moda de Milán (VIDEO)

La colección “Rompiendo el silencio”, del diseñador cubano Alberto Leal, deja huellas en quienes pudieron disfrutarla durante la semana de la Moda de Milán, en Italia, que se celebró del 19 al 25 de septiembre, una cita mundial con la moda y sus creadores.
El propio Leal confirmó el logro de su muestra a Martí Noticias.
“Sí, se logró el propósito, llevamos el mensaje, lo trajimos hasta aquí y lo hemos llevado muy lejos porque, ya te digo, hay personas de todos los países y la gente preguntaba, pudieron ver lo que queríamos mostrar”, aseguró el diseñador.
Alberto Leal, quien reside en Estados Unidos, nos comentó que es natural de Regla, en La Habana, y que se inició en el giro de la moda hace 25 años.
El creador nos describió lo sucedido durante la exhibición, que se presentó el pasado 23 de septiembre en el Palacio Barotsi, en Milán, donde cada prenda llevaba un mensaje, algunas por la libertad de Cuba y en contra del comunismo y la guerra.
“Este es el proyecto más importante que he hecho en mi carrera como diseñador. La que pasó el vestido Stop a la Guerra fue una modelo ucraniana que, cuando vio el vestido, rompió a llorar; fue un momento muy fuerte, porque nos identificamos todos con la misma causa, ellos están en una guerra con bombas y nosotros estamos en una guerra con ideales y con hambre”, advirtió Leal.
“Las modelos cubanas no pudieron defender mejor cada uno de los trajes que representaban. Las Damas de Blanco era algo que yo no podía dejar pasar, pues nada, quise hacerles mi pequeño homenaje. ¡Ojalá hubiese podido hacer mucho más. Al comunismo bueno, creo que eso no lleva ni explicación, todos estamos en contra, todos sabemos que el comunismo de destruye sociedades, que todo es hambre y miseria. Otros mensajes, como el abuso infantil, eso fue otro momento en el desfile que fue impactante para muchas personas, la gente lloró, la gente se erizaba viendo el traje, como me pasó a mí cuando lo estuve haciendo”.
Durante el desfile, los participantes además pudieron escanear el código QR Cuba Duele.com, un aporte de la activista Avana de la Torre.
“Que lo hizo Avana en el mes de agosto, que es maravilloso porque a medida que puedes ver la belleza de los vestidos, puedes ver la realidad de Cuba, entonces es lo que lo que yo quise lograr, desde la moda que ha sido siempre tan elitista, pues que la gente ponga los pies en la tierra y diga, ¡Oh, wow!, esto está sucediendo de verdad, cuánta miseria, cuánto dolor está sintiendo nuestro pueblo”.
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