Ayer jueves, las fuerzas armadas norteamericanas tomaron control del centro de la ciudad de Najaf como resultado de un asalto en gran escala contra los insurgentes atrincherados en la ciudad.
En el ataque participaron numerosos efectivos militares respaldados por tanques, aviones de combate y helicópteros que atacaron las posiciones de la milicia Shiíta en un cementerio próximo a la mezquita del imán Alí.
Sin embargo, aún en medio de los combates, las tropas americanas se mantuvieron a distancia del lugar considerado sagrado para los seguidores de esa rama del Islam.
La insurrección, que se extiende también a otras zonas de Iraq, ya entra en su segunda semana y ha causado cientos de bajas entre los rebeldes.
Según informó un funcionario del Ministerio de Salud Iraquí, el jueves al menos 72 personas murieron y 148 resultaron heridas en los combates entre los insurgentes y los soldados de la coalición apoyados por la policía iraquí.
Añadió el vocero que en las últimas 24 horas, otras 25 personas habían muerto en enfrentamientos en Bagdad y 21 más en otras ciudades.
Hasta el momento de esta información no se habían dado los datos exactos del número de víctimas de la ofensiva en Najaf.