Ya llegaron: Oliva y Miñoso están en Cooperstown

Minnie Miñoso, uno de los peloteros cubanos en el Salón de la Fama. Fue ídolo de los New York Cubans y de las Medias Blancas de Chicago.

Jugar en Grandes Ligas y llegar al Salón de la Fama de los inmortales, Cooperstown, son metas ambiciosas, sueños que pocos peloteros pueden lograr.

Sólo 6 ex peloteros de la mayor isla de las Antillas, un dirigente y un narrador-comentarista deportivo están con sus placas en Cooperstown, estado de Nueva York. Eso dice a las claras lo difícil que significa estar allí.

Catorce managers y 380 peloteros cubanos han jugado en las Ligas Negras y en la MLB durante más de 120 años.

En 1977 el inmortal Martín Dihigo se convirtió, por las Ligas Negras y Mexicana, en el primer ex pelotero cubano en tener una placa en Cooperstown, y los últimos en poner su nombre fueron en este 2022 el pinareño Tony Oliva y Orestes “Minnie” Miñoso.

Los otros cubanos que están en el Salón de los Inmortales son Alex Pompez, como dirigente en el 2006; el narrador-comentarista deportivo Rafael “Felo” Ramírez, en el 2001, los ex peloteros Tany Pérez, en el 2000, y José de la Caridad Méndez y Cristóbal Torriente en el 2006.

El domingo 24 de julio del 2022 fue un día grande para el deporte cubano, el béisbol latinoamericano y en especial para Pinar del Río y Minnesota debido a esta conquista de Tony Oliva, y para Perico, en Matanzas, la tierra que vio nacer al legendario Saturnino Orestes Armas Miñoso “Minnie”, ahora con su placa en Cooperstown después que fue votado por el Comité de Veteranos (póstumamente).


Minnie, embajador de por vida de la organización de las Medias Blancas de Chicago, falleció el 1 de marzo del 2015 a los 91 años de edad.

Su paso por Ligas Menores fue un éxito en la década de los años 40, sobre todo con el equipo New York Cubans de la Negro National League II.

Miñoso estuvo a punto de convertirse en el primer pelotero de raza negra en jugar en la MLB. El primero que enterró la barrera racial fue Jackie Robinson en 1947 con los Dodgers de Brooklyn y le siguieron, entre otros, el propio Miñoso, Larry Doby, Hank Thompson, Roy Campanella, Don Newcombe, Monte Irvin y Sam Jethroe.

En 1949 Miñoso comenzó su larga y fructífera carrera beisbolera en Grandes Ligas con los Indios de Cleveland al lado de estrellas del calibre de los lanzadores Bob Lemon , Satchel Paige y Bob Feller, el jardinero Larry Doby, el torpedero Lou Boudreau y el inicialista Mickey Vernon.

En la MLB, Minnie en 20 años militó en Cleveland, los Senadores de Washington, los Cardenales de San Luis y las Medias Blancas de Chicago, el equipo-amor de su vida donde jugó 12 años.

Sus números en Grandes Ligas incluyen 2.113 hits, de ellos 335 dobles, 95 triples, 195 jonrones y 1.089 carreras impulsadas y bateó de por vida para un promedio ofensivo de 299.


“El Cometa Cubano” fue uno de los grandes embajadores de las Medias Blancas en varios países, sobre todo en Japón, nación en la cual “Minnie” fue muy querido. La humildad siempre caracterizó al ídolo de Perico.

El jardinero del Corojo en vueltabajo Tony Oliva, también elegido por el Comité de Veteranos, sólo necesitó una temporada en ligas menores con los equipos de Wytheville y Charlotte en 1961 antes de llegar a las Grandes Ligas en 1962 con los Mellizos de Minnesota.

Con los “Twins” Oliva tuvo números fabulosos en sus 15 temporadas. Con 37 años de edad tuvo que despedirse de su afición en Minneapolis debido a las lesiones en sus rodillas.

Sin embargo, en su década y media con los Mellizos jugó 1.676 partidos, en los cuáles conectó 1.917 hits, de ellos 329 dobles, 48 triples, 220 cuadrangulares y concluyó con un promedio ofensivo exclusivo de 304, en una época donde sólo había 16 organizaciones de Grandes Ligas y el pitcheo predominaba.

En sus números resaltan 5 temporadas de líder en hits en la Liga Americana, 4 en dobles, y tres champion bate, con promedios superiores a los 320.

Oliva fue Novato del Año en 1964. El pinareño jugó al lado de estrellas como el inicialista Bob Allison, el jardinero Harmon Killebrew, el lanzador Jim Kaat y los cubanos Zoilo Versalles, Sandy Valdespino y Camilo Pascual, el pitcher que tenía la curva más pronunciada en la MLB en esa época.

En 1965, cuatro cubanos jugaron por Minnesota en la Serie Mundial (Oliva, Pascual, Versalles y Valdespino) ante los Dodgers de Los Ángeles.

En ese clásico de octubre Los Ángeles ganó la Serie Mundial 4-3, gracias a los 3 éxitos de Sandy Koufax, seleccionado el Jugador Más Valioso. En ese clásico de octubre con los Dodgers estuvo de coach el desaparecido Preston Gómez (de Holguín), quien además dirigió en Grandes Ligas a los Padres de San Diego, los Astros de Houston y los Cachorros de Chicago.

En 1944 Gómez jugó brevemente en la MLB con los Senadores de Washington al lado de los camagüeyanos Oliverio Ortiz y los hermanos Oliverio y Roberto Ortiz, los habaneros Mike Guerra, Sandy Ullrich Roy Valdés, Gil Torres y René Monteagudo, y el santiaguero de Alto Songo, Luis Suárez.

Gran época para los Senadores, organización que contó con un amplio grupo de jugadores cubanos, entre ellos el lanzador de Potrerillos, Sandy Consuegra, el habanero Carlos “El Patato” Pascual, el serpentinero de Cidra, Rogelio Martínez y el Guajiro de Laverinto en Sagua la Grande, Connie Marrero, quien debutó en Grandes Ligas con 38 años y 363 días con los Senadores de Washington en 1950.

Actualmente el talento cubano está presente en las mayores. Sin lugar a dudas, en un futuro no muy lejano veremos a otros peloteros cubanos llegar por mérito propio al Salón de los inmortales.

El béisbol está impregnado en la sangre de los cubanos, y como desde hace más de 100 años, veremos a muchos talentos cubanos en las Mayores.

Esteban “Steve” Bellán fue el primer cubano y latinoamericano en jugar en el béisbol profesional de los Estados Unidos, cuando debutó con el equipo Troy Haymakers de la National Association of Professional Baseball Players (NABABP) el 9 de mayo de 1871.