Manifestantes turcos mantienen protestas pese a advertencia

  • Agencias

Policías antidisturbios entran en el parque Gezi durante los disturbios con manifestantes en la Plaza Taksim en Estambul (Turquía) hoy, martes 11 de junio de 2013.

Lo que comenzó como una campaña contra planes del Gobierno se convirtió en una demostración de desacato contra Erdogan y su islamista Partido AK.
Un grupo de manifestantes turcos mostraron pocas señales el lunes de que planeen poner fin a su ocupación de una plaza en el centro de Estambul, después de que el primer ministro Tayyip Erdogan advirtió que podría agotarse su paciencia ante el peor descontento antigubernamental en años.

Los manifestantes, muchos de ellos instalados con carpas, controlan ahora una gran área alrededor de la Plaza Taksim, con calles cercanas bloqueadas por barricadas, según un reporte de Reuters.

El descontento ha perturbado a los inversores, que desde hace tiempo consideran a Turquía uno de los mercados emergentes más estables. La agencia de calificación crediticia Moody's dijo que la incertidumbre prolongada podría afectar los ingresos por turismo y desacelerar las inversiones en los mercados de capital del país.

Erdogan criticó a los especuladores después de que el mercado de acciones cayó casi un 15 por ciento durante la agitación de la semana pasada. El primer ministro dijo que "ahogará" a quienes se están enriqueciendo con "el sudor del pueblo", comentarios que inquietaron aún más a los inversores.

"Esto marca un abrupto giro para una administración que siempre ha parecido valorar la inversión extranjera y que ha sido muy sensible a los mercados", comentó Timothy Ash, director de mercados emergentes en Standard Bank.

"Esa era parece haber acabado y la administración parece estar en curso de colisión con los inversores extranjeros y con los mercados", agregó.

Lo que comenzó como una campaña contra planes del Gobierno de desarrollar un parque en la esquina de la plaza se convirtió en una demostración de desacato contra Erdogan y su islamista Partido AK, después de que la policía disparó gas lacrimógeno y usó cañones de agua para tratar de expulsar a los manifestantes hace diez días.

Algunos de los organizadores originales de las manifestaciones en Taksim se reunieron el lunes para discutir si se debe negociar o no el fin de la ocupación de la plaza. La remoción de algunas barricadas como gesto de buena fe podría ser una herramienta de negociación.

Otros eran menos optimistas y dijeron que el miércoles pasado presentaron sus exigencias al viceprimer ministro Bulent Arinc, incluyendo la liberación de manifestantes detenidos y una prohibición a que la policía use gas lacrimógeno, pero que no habían recibido respuesta.

"Queremos que la vida en la plaza vuelva a la normalidad", afirmó Eyup Muhcu, director de la Cámara de Arquitectos y parte de la Plataforma de Solidaridad de Taksim. "Estamos listos para el diálogo (...) pero los comentarios del primer ministro indican que no está abierto al diálogo", agregó.

Abdulkadir Selvi, un comentarista político cercano al Gobierno, escribió en el periódico Yeni Safak que Erdogan se mantendrá en una línea dura.