ACAT: la tortura es endémica en uno de cada dos países

  • Agencias
La tortura es una "práctica endémica y tenaz en uno de cada dos países", denuncia la ONG francesa Acción de Cristianos por la Abolición de la Tortura (ACAT). La organización analizó en este informe la situación de 19 países, cuatro de ellos latinoamericanos, tanto "autoritarios" como "democráticos", lo que lleva a 64 países su cartografía de la tortura en el mundo realizada desde 2010.

"Un país de cada dos practica la tortura, escribíamos en 2010. Esto sigue siendo cierto", dijo la organización, que denuncia una "banalidad terrorífica". "La tortura es una práctica de rutina, profundamente enraizada en los hábitos de diversos servicios de defensa y de seguridad y cuyos autores muy raras veces se persiguen", explica.

En América, pese a que "los Estados del continente son democracias, exceptuando Cuba", y que "la mayoría de ellos han adoptado legislaciones que prohíben la tortura", "la violencia institucional, la tortura y los malos tratos siguen siendo sumamente corrientes en la región" y "muchos estados son todavía reticentes a investigar esas violaciones de los derechos humanos pasadas o actuales", señala ACAT.

La organización recalca que todo el mundo "puede verse afectado por la tortura, sean militantes separatistas papúes de Indonesia, jóvenes de las calles del Salvador, periodistas en Jordania, personas investigadas en las comisarías de Nepal, mujeres homosexuales en los 'townships' de Sudáfrica, emigrantes clandestinos en Italia....".

Además de su estudio por países, la ACAT analiza las "filiales de formación" de torturadores, en particular la "Escuela de las Américas", que ha formado 59.000 militares, policías y civiles de América Latina.

La ONG denuncia también un comercio floreciente de tecnologías de la tortura y señala los límites de los sistemas de control al respecto. Según la ONG, es característica de los sistemas torturadores su capacidad de perdurar después de las caídas de los regímenes autoritarios. "Cuando la tortura gangrena todo un sistema, no puede detenerse de un día para otro. Podemos hablar de una verdadera 'inercia' de la tortura", afirma la organización.