Jesús A. Díaz: "Las vivencias solo han contribuido a condensar el concepto patria en mi osamenta"

Jesús A. Díaz, Tinito, leyendo sus poemas en la tertulia "La otra Esquina de las Palabras"

Jesús Alberto Díaz es su nombre, pero, es imposible no llamarle Tinito a este poeta de fibra incandescente, cuyos versos pursísimos estremecen hasta los huesos, con esa intensidad que sólo logran los místicos, los que saben que la vida es un asunto serio. Quizá, el único asunto serio de este mundo. Tinito Díaz se instala en Dile que pienso en "Ella"... con la sobriedad y la lucidez que le caracterizan.​

¿Cuál fue el detonante que te impusó a salir de Cuba?

Es una pregunta, en estos momentos, algo difícil de responder, dado que acabo de perder a mi padre, y no se debe hablar de los muertos, según Moisés: "Los muertos, muertos están" y no pueden responder por sus actos, aunque en cierto modo, duermen sepultados en nuestros floridos pechos y sonambúlica consciencia, digo estas cosas porque fue precisamente a raíz de la discrepancia de ideología entre papá y yo, que abandoné la isla, y por otro lado, resulta sofocante vivir en un lugar donde te acusen de "diversionismo ideológico" simplemente por la manera de usar un cinto, o de vestir, es como estar cerrado en una estancia respirando venenosos químicos: o abandonas la estancia, o mueres.

¿Qué esperaban encontrar del "otro lado"?

Del otro lado esperé encontrar un respiro, una estancia en la que no tuviera que respirar venosos químicos, tan sólo eso. Siempre supe que el camino, de entonces en adelante, sería áspero, pero la libertad lo sublimiza.

¿Qué encontraste?

Encontré un país que me abrió los brazos después de 20 y tantos días en el mar: encontré la adultez.

¿Qué has aprendido durante el proceso?

He aprendido a valorar a las personas por su humanismo, he aprendido a valorar la amistad, pues es lo que más escasea en los tiempos que corren: "do for the others" a hacer por los otros, cada vez semeja más una metáfora bíblica. He aprendido también que el ser humano es egoísta y mordaz, por lo que muchas veces, nuestros esfuerzos por establecer una atmósfera sana entre nosotros mismos caen en canastas sin fondo, de manera que he aprendido a extender la mano sin esperar nada a cambio, aunque la muerda el entorno.

¿Qué es para ti La libertad?

La libertad es la retórica de los céfiros que fluyen a su antojo, es ser uno mismo, en otras palabras: vivir una vida modesta sin rendir cuentas a nadie.

¿Las experiencias vividas han cambiado en ti el concepto Patria? ¿Piensas a menudo en “Ella”?

Las experiencias vividas, las vivencias, solo han contribuido a condensar el concepto patria en mi osamenta, cuando digo patria digo: "madre" y "genealogía", cuando digo patria digo "infancia", emigramos, es cierto, pero arrastramos con nosotros el polvo del camino, y con ello nuestras costumbres, nuestros recuerdos. ¿Cómo no pensar en "Ella"? He emigrado sólo, mis muertos, mi familia, están allí, encerrados, enterrados; respirando; sobreviviendo...