Gobernante sirio endurece su posición

  • Agencias

Bachar al Asad

Una propuesta de "diálogo nacional" de Bachar al Asad es considerada por la oposición una nueva declaración de guerra
El presidente sirio Bashar al-Assad rechazó el domingo sostener negociaciones de paz con sus enemigos, en un desafiante discurso que fue considerado por sus detractores como una renovada declaración de guerra.

Aunque el discurso fue calificado por el presidente como un nuevo plan de paz, Assad no ofreció concesiones e incluso pareció endurecer varias de sus posiciones. Alentó a los sirios a llevar adelante una "guerra para defender a la nación" y descartó la posibilidad de negociaciones políticas.

"¿Deberíamos hablar con las pandillas formadas en el exterior y que siguen órdenes de extranjeros? ¿Deberíamos tener un diálogo oficial con la marioneta creada por Occidente que ya le escribió el guión?", agregó.

George Sabra, vicepresidente de la opositora Coalición Nacional, dijo a Reuters que el plan que Assad mencionó en su discurso "ni siquiera merece ser llamado una iniciativa".

"En lugar de eso deberíamos verlo como una declaración de que continuará con su guerra en contra del pueblo sirio", sostuvo. "La respuesta apropiada es continuar resistiendo este régimen inaceptable y que el Ejército de Siria Libre siga con su trabajo hasta que cada metro de Siria sea libre", indicó.

El discurso fue considerado por muchos como una respuesta al mediador de Naciones Unidas, Lakhdar Brahimi, quien ha estado reuniéndose con funcionarios rusos y estadounidenses para tratar de superar las diferencias entre Washington y Moscú sobre un plan de paz para Siria.

Brahimi también se reunió con Assad en Siria a fines del mes pasado.

Estados Unidos, la Unión Europea, Turquía y buena parte de los estados árabes han hecho llamados a Assad para que renuncie. Rusia, que vende armas y cuenta con una base naval en Siria, dice que respalda una transición de poder pero que una salida de Assad no debería ser una precondición de futuras negociaciones.

Naciones Unidas estima que unas 60.000 personas han muerto en la guerra civil de Siria, el conflicto más prolongado y sangriento emergido en dos años de revueltas en el mundo árabe.

Los rebeldes ahora controlan buena parte del norte y el este del país, una serie cada vez más extensa de suburbios en las afueras de la capital y buena parte de los cruces fronterizos con Turquía en el norte.

Sin embargo, las fuerzas militares de Assad recurren cada vez más a feroces bombardeos aéreos para mantener a los combatientes alejados del bastión de poder del presidente en Damasco.