Oficialista Scioli, admirador de Raúl Castro, encabeza elecciones en Argentina

  • Agencias

El candidato presidencial argentino Daniel Scioli y el general Raúl Castro se abrazan efusiva y emocionadamente en La Habana.

A pesar de sus privilegios, Scioli se declara admirarador del régimen comunista del general Raúl Castro, con quien se reunió en La Habana en julio de este año.

El oficialista Daniel Scioli lideraba las elecciones primarias en Argentina, de acuerdo a los recuentos difundidos el lunes con más del 80% de las mesas escrutadas, aunque de reproducirse un resultado similar en la elección presidencial de octubre, el candidato no evitaría un balotaje.

Con el 86% de las mesas contabilizadas, Scioli –que actualmente gobierna la populosa provincia de Buenos Aires– obtenía el 37.8% de los votos, seguido por el alcalde de la capital argentina, el opositor Mauricio Macri, cuyo frente electoral sumaba el 30.7%.

Scioli y Macri, los dos políticos rivales más votados el domingo en las primarias de Argentina, son de la misma generación, sus parejas son colegas en el mundo de la moda y vivieron entre privilegios. Hoy ambos quieren presidir Argentina.

A sus 58 años, Scioli, excampeón de motonáutica, exvicepresidente de Néstor Kirchner (2003-2007) y gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires, fue como candidato único del Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Kirchner.

El juego sigue abierto de cara a las presidenciales del 25 de octubre, pero sin duda se enfrentará a Macri y también a Sergio Massa –el tercero en discordia– en una contienda de políticos de raíces italianas a quienes calificó de "circunstanciales adversarios", confirmando su característica de conciliador.

Mauricio Macri, de 56 años, está terminando su segundo mandato como alcalde de Buenos Aires, líder del partido conservador Propuesta Republicana (PRO), que ganó la investidura de la alianza Cambiemos frente a sus rivales el senador Ernesto Sanz y la diputada Elisa Carrió.

"Creo en los equipos, creo en la construcción y el intercambio de ideas, eso es lo que les propongo a los argentinos, eso nos va a marcar la dirección del crecimiento", aseguró Macri.

Si no fuera por la política serían buenos amigos, porque incluso no es fácil diferenciar sus propuestas, pero los tres buscan llegar a la Casa Rosada, donde hay lugar sólo para uno.

Con Scioli o Macri como presidente se "entrará a una etapa de política más 'convivencial', con menos confrontación. El estilo más 'mesiánico' de la actual presidente será reemplazado por un estilo más institucional", dijo a AFP Luis Costa, director de la consultora IPSOS Mora y Araujo.

Gracias al tesón de su abuelo paterno, italiano de nacimiento, Scioli creció entre privilegios aunque en su casa "los pasillos estaban llenos de heladeras y calefones", como dice en uno de sus spot publicitarios en alusión a la Casa Scioli, una conocida cadena de electrodomésticos de la década de 1980.

Se preparó para seguir una carrera empresarial pero Scioli apostó a su pasión deportiva y logró ocho veces el título de campeón mundial de motonáutica.

A pesar de sus privilegios, Scioli se declara admirador del régimen comunista del general Raúl Castro, con quien se reunió en La Habana en julio de este año.

Scioli manifestó en la isla su admiración y respeto por la "influencia positiva" de Raúl Castro por "haber defendido con dignidad al pueblo cubano y sus ideales, y asimismo por plantearse la actualización del modelo económico socialista, con todas las expectativas que se abren a partir del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos".

En 1989, un grave accidente cuando corría los 1.000 metros del delta del río Paraná le causó la amputación del brazo derecho, lo que lo obligó a reinventarse y a aprender a ser zurdo. En un reciente programa de televisión, demostró su habilidad para hacerse el nudo de la corbata con un solo brazo, el izquierdo, desdramatizando su situación.

Frente a quienes señalan que de llegar a la presidencia estará condicionado por Kirchner, él afirmó que hará "lo que haga falta" a su manera.

Rico de cuna, Mauricio Macri carga con el peso de ser hijo del empresario Franco Macri, un italiano que llegó a Argentina a los 19 años en 1949 y que hizo fortuna en su país de adopción, donde es conocido por su buena relación con los gobiernos de todas las tendencias, incluso con la presidenta Kirchner, archirrival de su hijo.

La constructora que sentó la base de la fortuna familiar, una de las mayores de Argentina, se diversificó en el grupo SOCMA con ramos en los sectores automotor, aeronavegación, energías renovables y desarrollos agrícolas.

Parco, en los últimos años se ha esforzado por mostrarse carismático bailando cumbia o cantando rock en sus apariciones de campaña. "No queremos más que el que gana la elección se sienta dueño del Estado", reiteró el domingo.

Macri es un adepto a las políticas ultraliberales del expresidente Carlos Menem (1989-99), pero luego del ajustado triunfo de su partido en los recientes comicios capitalinos reivindicó políticas sociales del kirchnerismo.

Mauricio siempre quiso "ser el 9 de Boca o cantante". Aunque a falta de condiciones terminó siendo presidente de Boca de 1995 a 2007, en una etapa de gloria del club que lo catapultó a la política.

Ha estado casado tres veces, por primera vez a los 22 años con Ivonne Bordeu (1981-1991), con quien tuvo tres hijos. Luego, desde 1994 estuvo nueve años casado con la modelo Isabel Menditeguy. En la actualidad lleva cinco años casado con la empresaria textil Juliana Awada, de 41, una mujer con impronta de modelo y amiga de Rabolini. Con ella, madre de una niña de 12 años producto de una relación anterior, Macri tiene una hija de tres años.