La vejez prematura - preludio de ataque cardíaco

  • Jesús Rojas / Radio Martí

Detalle de las manos de una mujer mayor de edad.

Si se desea tener una pista del riesgo de un ataque cardiaco, sólo hay que mirarse al espejo.
La gente que presenta señales de vejez prematura -con marcadas entradas, calvicie, arrugas cerca de los lóbulos de sus orejas o bolsas bajo los ojos- tiene más probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiaca que personas de su misma edad pero que lucen más jóvenes, sugiere un nuevo estudio.

El riesgo de estos problemas de salud aumentó con cada señal adicional de vejez presente al inicio del estudio.

Ese criterio fue válido para individuos de todas las edades y ambos sexos, incluso después de tomar en cuenta otros factores, como antecedentes familiares de enfermedades cardiacas.

Aquellos con tres o cuatro de estas señales de vejez prematura -entradas en las sienes, calvicie en la corona de la cabeza, arrugas en los lóbulos o bolsas amarillentas cerca de los párpados- tuvieron un 57% más de riesgo de sufrir un ataque cardiaco y un 39% de enfermedades cardiacas en comparación con personas sin ninguna de estas señales.

El tener bolsas amarillentas bajo los ojos, que podría ser señal de un acumulamiento de colesterol, representaron el mayor riesgo, de acuerdo con los científicos.

La calvicie en hombres ha estado ligada a riesgos de problemas cardiacos antes, quizás relacionada con los niveles de testosterona. El grupo solamente pudo suponer por qué las arrugas en los lóbulos podrían aumentar el riesgo.

Kathy Magliato, cirujana cardiaca del Centro de Salud St. John en Santa Mónica, California, dijo que los médicos necesitan prestar más atención a las señales presentes en el rostro del paciente.

Los médicos señalan que el resultado subraya la diferencia entre la edad biológica y la cronológica. "El verse viejo para la edad que se tiene es indicativo de una mala salud cardiovascular", dijo Anne Tybjaerg-Hansen, doctora de la Universidad de Copenhague en Dinamarca.

Ella dirigió el estudio y reveló los resultados en una conferencia de la Asociación Estadounidense del Corazón en Los Angeles. Como consuelo, las arrugas en otra parte del rostro y las canas parecen ser solamente consecuencias ordinarias del paso del tiempo y no tienen relación con los riesgos cardiacos.

En el estudio participaron 11-mil daneses mayores de 40 años cuando inició en 1976. Al principio, los científicos documentaron apariencia, midieron las llamadas patas de gallo, arrugas u otras señales de vejez.

En los siguientes 35 años, 3-mil-400 participantes desarrollaron enfermedades de corazón, arterias obstruidas, y mil-700 sufrieron ataques cardiacos.