Rusia disparó misiles contra Kyiv durante una visita del secretario general de la ONU

Guerra en Ucrania.

Rusia disparó el jueves dos misiles contra la capital ucraniana, Kyiv, durante una visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y uno de ellos impactó en el piso inferior de un edificio residencial, hiriendo al menos a tres personas, según su alcalde.

El ataque de Rusia ocurrió poco después de una reunión entre el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy y el secretario general de Naciones Unidas.

Kiev goza de una relativa calma desde que las fuerzas rusas fracasaron en su intento de capturarla ante la dura resistencia ucraniana y se retiraron hace varias semanas, pero sigue siendo vulnerable al armamento pesado de mayor alcance.

Las explosiones sacudieron el céntrico barrio de Shevchenko de Kiev y los tres heridos han sido hospitalizados, según informó el alcalde Vitali Klitschko en un mensaje de Twitter.

Las explosiones, que arrojaron columnas de humo negro al aire, se produjeron poco después de que Zelenskyy y Guterres ofrecieran una conferencia de prensa en la que el secretario general de la ONU condenó las atrocidades cometidas en poblados como Bucha.

El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, y el de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, afirmaron que las explosiones fueron causadas por misiles rusos. Testigos de Reuters habían informado antes de que se habían oído dos explosiones.

Las explosiones se produjeron después de que el jefe de la ONU, Guterres, concluyó las conversaciones con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, centradas en los esfuerzos para evacuar a los civiles del puerto meridional de Mariúpol, asediado por Rusia.

Guterres declaró a la emisora portuguesa RTP al ser consultado por las explosiones: "Hubo un atentado en Kiev (...) me conmocionó, no porque yo esté aquí, sino porque Kiev es una ciudad sagrada tanto para los ucranianos como para los rusos".

Las explosiones parecen ser uno de los ataques más audaces contra Kiev desde que las fuerzas rusas se retiraron de la capital ucraniana hace semanas, y se registraron mientras aumenta el número de residentes que regresan a la ciudad.

Las cafeterías y otros negocios han reabierto, y un mayor número de personas ha salido a las calles y disfrutado del clima de primavera.

El jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak, dijo que las explosiones eran "la prueba de que necesitamos una rápida victoria sobre Rusia (...) Debemos actuar rápidamente: más armas, más esfuerzos humanitarios (...) porque cada día Ucrania paga un alto precio por la protección de la democracia y la libertad".

En respuesta a las reiteradas peticiones ucranianas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió el jueves al Congreso 33.000 millones de dólares para apoyar a Kiev, un enorme aumento que incluye más de 20.000 millones de dólares para armas y municiones.

Washington dice ahora que espera que las fuerzas ucranianas no solo puedan repeler el asalto ruso en el este, sino también debilitar a su Ejército para que no pueda seguir amenazando a los vecinos.

Tras ser derrotada en sus esfuerzos por capturar Kiev en el norte, Rusia ha desplazado sus fuerzas cientos de kilómetros hacia el este para capturar dos provincias en una batalla que Occidente cree que puede ser un punto de inflexión decisivo en la guerra.

Las fuerzas rusas están ahora atrincheradas en el este, donde los separatistas apoyados por Moscú han mantenido parte del territorio desde 2014, y también mantienen una franja del sur que tomaron en marzo.

Agencias Reuters y AP