Una pésima apuesta

Aumenta la represión contra activistas en Cuba

Las autoridades, equivocándose una vez más, han hecho una pésima apuesta, escogiendo el peor camino para tratar de aplacar, la cada vez más creciente rebeldía de los cubanos responsables que han perdido el miedo.
Durante el año 2013, a pesar de los discursos contemporizadores en los foros internacionales, dirigidos principalmente al consumo externo, las autoridades cubanas mantuvieron y aumentaron la represión contra los opositores pacíficos llegando, en la mayoría de los casos, al empleo de la violencia física por sus agentes y colaboradores.

Todo parece indicar que en el año 2014 esta continuará y, posiblemente, se recrudecerá. Cuando se ejerce el poder absoluto por demasiado tiempo, quienes lo hacen se consideran por encima de las leyes, y actúan según sus intereses personales y no según los intereses nacionales. Así, denigran y persiguen a quienes no comparten sus criterios y tienen la valentía de expresarlo, organizan conciertos bullangueros frente a la casa de un opositor, utilizan escolares, sin la autorización de sus padres, para actos de repudio, donde no faltan las groserías ni las agresiones físicas, lo agentes de la autoridad, en lugar de mantener el orden, actúan como esbirros, y hasta algún fotógrafo oficialista, contagiado por el ambiente, la emprende a patadas contra alguien diferente. Igual ofenden y golpean a las Damas de Blanco y, en las provincias, la situación es aún peor, aprovechando el aislamiento informativo existente en las mismas, donde todo queda entre el partido, el Poder Popular y la Seguridad del Estado.

Las autoridades, equivocándose una vez más, han hecho una pésima apuesta, escogiendo el peor camino para tratar de aplacar, la cada vez más creciente rebeldía de los cubanos responsables que han perdido el miedo. Esto lo que hace es sumarles en contra. Si escucharan el clamor popular que, asqueado de enfrentamientos políticos estériles, lo que exige son soluciones reales a sus problemas sin tantas dilaciones absurdas, y prestaran oídos a las opiniones diferentes que sólo desean el bien de Cuba, todo pudiera mejorar en un ambiente civilizado y participativo.

Sin embargo, mientras prevalezcan los dogmas y la ortodoxia, y se pretenda continuar defendiendo a toda costa ideas fracasadas, que sólo nos han traído dolor y miseria, se estará conspirando contra la solución pacífica de la profunda crisis nacional.

Publicado en el blog Mermelada