Música a todo dar, bocinazos, gritos, son la regla en el entorno acústico cubano. La PNR amonestó a la excepción.
El pasado 23 de septiembre en el Reparto Baluarte, municipio Santiago de las Vegas, Migdalia Hernández Zamora, vecina de la calle 188 e/ 273 y 279, fue amonestada por el jefe de Sector de la (PNR) Policía Nacional Revolucionaria, nombrado Luis, el que dijo que la coordinadora de los (CDR) Comités de Defensa de la Revolución, lo había llamado porque la alarma del carro que ella posee molestaba a los vecinos.
Migdalia está pasando por una situación crítica —en estos momentos— debido a que se le detectó cáncer vaginal y fue intervenida quirúrgicamente hace tres meses.
A Migdalia le robaron las 4 gomas del carro, le dijeron que no encontraron ninguna pista o huella, y dieron el caso por cerrado. Debido a esto, ella compró la alarma para el auto.
Es una falta de respeto de la coordinadora del (CDR) y del jefe de Sector cuestionar tal bulla y molestar a una señora enferma, cuando en todo el país, se oye música alta, los autos ruedan por las calles con bocinas que están por encima de los decibelios que puede recibir un oído humano, en las casas y en la vía pública se discute en alta voz y con palabras obscenas; en fin, se ha hecho un hábito el escándalo.
(Enviado por la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios)
Migdalia está pasando por una situación crítica —en estos momentos— debido a que se le detectó cáncer vaginal y fue intervenida quirúrgicamente hace tres meses.
A Migdalia le robaron las 4 gomas del carro, le dijeron que no encontraron ninguna pista o huella, y dieron el caso por cerrado. Debido a esto, ella compró la alarma para el auto.
Las bicinas de equipos estéreo e incluso de los celulares contribuyen a la contaminación sonora
Es una falta de respeto de la coordinadora del (CDR) y del jefe de Sector cuestionar tal bulla y molestar a una señora enferma, cuando en todo el país, se oye música alta, los autos ruedan por las calles con bocinas que están por encima de los decibelios que puede recibir un oído humano, en las casas y en la vía pública se discute en alta voz y con palabras obscenas; en fin, se ha hecho un hábito el escándalo.
(Enviado por la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios)