Se examina el Barça tras derrota frente al Real Madrid

Los jugadores del F. C. Barcelona y del Real Madrid, a la finalización del encuentro correspondiente a la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey de fútbol, disputado en el Nou Camp, en Barcelona.

Lionel Messi no fue este miércoles a las prácticas, pues según un comunicado del Barça, tiene un "proceso febril y malestar general" por el que los médicos le visitaron en su domicilio.
La eliminación ayer martes en semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid (3-1 y 1-1 en la ida) y la derrota ante el Milan (2-0) en la ida de octavos de final de la 'Champions', ha puesto al Barcelona en una situación de urgencia inédita en los últimos años.

Tanto Milan como Real Madrid encontraron el talón de aquiles del conjunto blaugrana. Después de caminar con paso firme en un campeonato que se le puso muy de cara desde el principio (actualmente tiene 12 puntos de ventaja sobre el segundo, Atlético de Madrid), los dos legendarios clubes europeos pusieron de manifiesto que el contraataque es la llave para fulminar al actual Barça.

La debilidad demostrada por el equipo dirigido por el segundo entrenador Jordi Roura (en ausencia por enfermedad del primero, Tito Vilanova) tiene que ver con una posesión de balón tan abrumadora como esteril y con la fragilidad defensiva.

En el partido contra el Real Madrid se evidenció que el balance defensivo del equipo catalán después de las pérdidas de balón fue muy deficiente, creándose constantemente situaciones de superioridad para los atacantes del conjunto de la capital de España.

Xavi Hernández, director de operaciones del Barça que fue capaz de ganar catorce títulos en cuatro temporadas, mostró un estado de forma muy bajo el martes y fue sustituido en el minuto 72. Su escasa relevancia en el juego lo pagó el equipo con inseguridad y desorientación ante un rival que tuvo muy claro a qué quería jugar.

"No estuvimos mal en ataque, pero sin duda nos precipitamos después de haber encajado el primer gol", declaró el centrocampista internacional después del partido.
El otro mal que está pagando el Barcelona es la falta de inspiración del argentino Lionel Messi. Ya discreto en el partido de ida en el Santiago Bernabéu (1-1), el cuatro veces Balón de Oro ha confirmado que pasa un bache de rendimiento tras sus actuaciones en San Siro la semana pasada y en el Camp Nou el martes.

El espectacular balance del mejor jugador del mundo en el campeonato, con 38 goles en 25 jornadas, contrasta con la falta de protagonismo en las dos competiciones por eliminatorias en las últimas semanas. Otro que no estuvo a la altura de las expectativas fue Cesc Fábregas que, como ya ocurrió en Milán, pasó por el partido sin hacer ruido.

Ante el escenario sombrío que se ha instalado en el entorno azulgrana, han empezado a surgir interrogantes. Algunos se acuerdan ahora de que el primer entrenador, Tito Vilanova, está en Nueva York desde hace unas semanas para seguir un tratamiento médico.

La manifiesta incapacidad actual del Barcelona de cambiar el ritmo de su posesión para crear jugadas dañinas podría suponer alguna novedad de cara al partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, el próximo doce de marzo.

Una de las opciones más solicitadas por aficionados y prensa es la inclusión del internacional David Villa en el once titular, lo que supondría que la defensa milanista no podría únicamente centrarse en Messi y, además, permitiría a Andrés Iniesta bajar al centro del campo para ayudar a Xavi en las tareas de creación.

El primer paso de la recuperación puede llegar este sábado otra vez ante el Real Madrid. El Santiago Bernabéu albergará el sábado una nueva edición del Clásico, en esta ocasión correspondiente a la 26ª jornada del campeonato español.