Raúl Castro admite retroceso cívico y cultural

Raúl Castro pronuncia el discurso de clausura de la segunda jornada de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

"Tengo la amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más instruida, pero no necesariamente más culta”, afirmó Castro
El gobernante cubano, Raúl Castro, arremetió contra la pérdida de valores morales y cívicos en Cuba, al clausurar las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en un discurso que fue transmitido en diferido por la televisión cubana un par de horas después que Castro pronunciara el discurso el domingo en la tarde.

“Hemos retrocedido en cultura y civismo ciudadanos. Tengo la amarga sensación de que somos una sociedad cada vez más instruida, pero no necesariamente más culta”, afirmó Castro quien pintó un sombrío panorama sobre la crisis de valores que permea a la sociedad cubana.

“Lo más sensible es el deterioro real y de imagen de la rectitud y los buenos modales del cubano. No puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con el progreso; vivir en sociedad conlleva, en primer lugar, asumir normas que preserven el respeto al derecho ajeno y la decencia”, apuntó.

El general Castro, quien preside el Consejo de Estado, llamó a “hurgar en las causas y condiciones” que han “acrecentado el deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la verguenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás".

Castro enumeró un largo rosario de calamadidades morales subrayando que “conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad”.

“Se ha afectado la percepción respecto al deber ciudadano ante lo mal hecho y se tolera como algo natural botar de-sechos en la vía; hacer necesidades fisiológicas en calles y parques; marcar y afear paredes de edificios o áreas urbanas; ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos inapropiados y conducir vehículos en estado de embriaguez; el irrespeto al derecho de los vecinos no se enfrenta, florece la música alta que perjudica el descanso de las personas; prolifera impunemente la cría de cerdos en medio de las ciudades con el consiguiente riesgo a la salud del pueblo, se convive con el maltrato y la destrucción de parques, monumentos, árboles, jardines y áreas verdes; se vandaliza la telefonía pública, el tendido eléctrico y telefónico, alcantarillas y otros elementos de los acueductos, las señales del tránsito y las defensas metálicas de las carreteras”.

Castro mencionó que “se evade el pago del pasaje en el transporte estatal o se lo apropian algunos trabajadores del sector; grupos de muchachos lanzan piedras a trenes y vehículos automotores, una y otra vez en los mismos lugares; se ignoran las más elementales normas de caballerosidad y respeto hacia los ancianos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños e impedidos físicos".

Como de costumbre toda la prensa oficial se ha hecho eco del discurso del gobernante cubano y el programa Mesa Redonda de la televisión cubana destinado habitualmente a difundir la propaganda oficial, dedicará hoy su espacio al tema.