Piden justicia a 20 años del mayor atentado en Argentina

  • Agencias

Aspecto de la sede de la AMIA, el día 18 de julio de 1994, cuando el edificio de la mutual, ubicado en uno de los barrios más poblados de Buenos Aires, fue destruido por el estallido de un coche bomba.

Los tres discursos que se escucharon en la fría mañana de Buenos Aires criticaron un acuerdo firmado en 2013 con Irán, y a su mentor, el canciller argentino, Héctor Timerman.

La comunidad judía argentina renovó su reclamo de justicia y criticó duramente al gobierno de Cristina Kirchner por el acuerdo firmado con Irán para investigar el atentado contra la mutual AMIA, que dejó 85 muertos y 300 heridos en Buenos Aires, y del cual se cumplen este viernes 20 años.

Bajo la consigna "20 años ni un día de olvido", se realizó un emotivo acto en la calle frente a la sede de la reconstruida Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), destruida el 18 de julio de 1994 en un atentado con coche-bomba.

A las 9H53 locales (12H53 GMT), la hora exacta en que estalló la AMIA dos décadas atrás, se escucharon sirenas para recordar, como todos los años desde entonces, a cada una de las 85 personas que murieron en este atentado, el mayor de la historia argentina.

"¡Presente!", respondieron al unísono las centenares de personas que participaron del acto a cada uno de los nombres de los fallecidos con la edad que tenían aquel día, leídos por familiares de víctimas, mientras se veían pancartas con las leyendas "Justicia" y "Nunca Más".

Thomas Saieg, vicepresidente de la AMIA, reprochó a las autoridades "lo poco que se ha hecho" en los últimos años por esclarecer el el atentado, cuya autoría la justicia argentina atribuye a Irán, acusación que este país rechaza.

"Queremos saber qué fue lo que pasó", dijo el dirigente y consideró que "hay una deuda legal y moral que nunca dejaremos de reclamar", advirtió.

Saieg también indicó que "la impunidad es una burla cruel", en un acto con varios dirigentes de la oposición presentes, mientras el senador y exjefe de Gabinete Aníbal Fernández era uno de los pocos representantes del gobierno.

La presidenta Cristina Kirchner, que no asiste a estos actos desde 2011, tampoco lo hizo el viernes porque debe recibir a su par chino, Xi Jinping, dijo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien consideró el atentado como "doloroso, repudiable e imborrable en la memoria de todos los argentinos".

Los tres discursos que se escucharon en la fría mañana de Buenos Aires criticaron un acuerdo firmado en 2013 con Irán, y a su mentor, el canciller argentino, Héctor Timerman.

El convenio, que el gobierno defiende como la única forma de avanzar en una causa judicial estancada desde 2006, autoriza al juez argentino a cargo de la causa a viajar a Teherán para interrogar a cinco exfuncionarios iraníes acusados por Buenos Aires y posibilita que un eventual juicio se haga en un tercer país.

En nombre de los familiares de las víctimas, Luis Czyzewski calificó al acuerdo con Irán como "un adefesio" y lo consideró un "error diplomático y político de magnitud".

Otro orador, el periodista Alfredo Leuco, opositor al gobierno, y de origen judío como el canciller, tildó a Timerman de "traidor al pueblo hebreo y a la Argentina".

La dirigencia judía pidió al Congreso "la derogación explícita" del memorandum, que fue aprobado por el Parlamento pero luego declarado inconstitucional por la justicia.

El papa Francisco

El Papa Francisco condenó al terrorismo como "una locura", en un mensaje de solidaridad transmitido al final del acto.

El acto convocado por la dirigencia de la comunidad judía, la más numerosa de América Latina con 300.000 integrantes, fue uno de los cuatro este viernes de conmemoración del atentado.

"Estas fechas son muy dolorosas. Para mí el acto es acá en la AMIA, porque acá murió mi papá. Las divisiones políticas no nos sirven. Yo no estoy en ninguna parte", lamentó Andrea Figueroa, que tenía 23 años cuando murió su padre, que tenía 47 años cuando trabajaba como electricista en la AMIA.

Familiares reunidos en Memoria Activa se manifestaron a la misma hora frente a los tribunales para reclamar que se avance en la investigación de la llamada "conexión local" que dio la logística para perpetrar el atentado.

Carlos Telleldín, un exinformante policial señalado hace años como quien armó el coche-bomba, está encausado a la espera de un nuevo juicio oral.

En 2004, un juicio contra Telleldín y una decena de expolicías fue anulado por irregularidades groseras en la investigación, en tanto desde marzo de 2012 se espera la fecha de otro juicio contra el expresidente Carlos Menem (1989/99), acusado de "encubrimiento agravado".

Otras dos agrupaciones, la Asociación 18J y APEMIA, que reclama la apertura de los archivos del Estado, convocaron a sendos actos en Plaza de Mayo y frente al Congreso para recordar la triste fecha.

Por otra parte, el papa Francisco exigió justicia para las víctimas del atentado terrorista que dejó la cifra más alta de muertos en Argentina. Y lo hace mediante lo que se ha convertido en su forma de comunicación más distintiva: un mensaje de video grabado al instante con un teléfono multiusos.

La grabación la hizo un amigo que visitó a Francisco en su habitación de un hotel en el Vaticano.

El video será difundido el viernes durante la conmemoración oficial del atentado de 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, un centro comunitario judío de Buenos Aires, en el cual murieron 85 personas.

El video también muestra que Francisco no tiene reparos para dejar de lado la maquinaria de prensa del Vaticano a fin de difundir sus mensajes, para bien o para mal.

Un amigo cercano al papa, Claudio Epelman, director ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, grabó el video el mes pasado con su teléfono cuando visitó a Francisco en el Vaticano. Epelman dijo que le preguntó a Francisco, que era un obispo auxiliar en Buenos Aires al momento del atentado, si le gustaría enviar un mensaje a la comunidad judía de Argentina para conmemorar el ataque.

"Pensó tal vez medio segundo y me dijo: '¿Tenés tu celular con vos?''', dijo Epelman a The Associated Press. "Y le dije: 'sí'; entonces me dijo: 'Bueno, grabemos ya'''.

En el mensaje, el papa habla improvisadamente mientras se escucha al fondo el ruido de vehículos porque la ventana de su habitación estaba abierta. En él, condena el terrorismo como "una locura... que solo sabe matar y no construir" y dice que Argentina debe lidiar con el daño y el dolor que sigue causando el crimen irresuelto.

"El contenido del mensaje del Papa tiene una gran significación; porque es lo que él manifestó con esa espontaneidad y esa frescura que él tiene, de su proximidad con la AMIA, con las familias y las víctimas, y desde esa proximidad es donde él hablaba de la necesidad de que se alcance justicia y que ojalá Dios dé descanso, por medio de la justicia, a las víctimas de este crimen", señaló Epelman.

El año pasado, Argentina e Irán aprobaron una comisión para generar avances en la investigación al posibilitar que fiscales argentinos viajen a Teherán para interrogar a exfuncionarios iraníes sospechosos de organizar el ataque. Sin embargo, pocos avances se han logrado y grupos judíos señalan que el hecho de que Argentina no presione a Irán garantiza la impunidad. Teherán niega estar implicado.

Es la segunda vez que Francisco envía un mensaje directo por medio de un teléfono multiusos y confirma que el pontífice de 77 años se encuentra cómodo utilizando nuevos medios y tecnología para comunicarse, aunque se crio escuchando ópera por radio los domingos por la tarde en su Argentina natal, mantiene una libreta de mano y nunca ha poseído un teléfono celular.

Este año causó conmoción cuando grabó un mensaje por iPhone para manifestar amistad fraternal a un grupo de pentecostales, una de las denominaciones más competitivas con los católicos para conquistar a cristianos en todo el mundo. Fue grabado por un clérigo evangélico amigo y transmitido en una conferencia pentecostal, cuyos participantes respondieron orando por el papa y enviándole un mensaje de agradecimiento.

Aunque el papa emérito Benedicto XVI envió el primer tuit papal desde el Vaticano en 2012, fue un envío cuidadosamente orquestado por el equipo de comunicaciones de la Santa Sede. Francisco sienta precedente al hacerlo de por sí, concediendo audiencias y entrevistas que él arregla solo y permitiendo que amigos íntimos comuniquen mensajes a grupos a los que de otro modo tendría dificultades para contactar por medio de canales oficiales del Vaticano.

"El papa Francisco se siente claramente cómodo comunicándose por nuevos canales y parece no constreñido por los 'viejos modos' de hacer las cosas", dijo el religioso James Martin, un autor jesuita. "Y al igual que Jesús, considera que el mejor modo de comunicarse es hablar a la gente de manera sencilla y por medios accesibles. Para Jesús, ese medio solía ser la parábola; para Francisco podría ser una encíclica, pero también YouTube o un smartphone".

La predisposición de Francisco a desestimar la pesada operación de prensa del Vaticano en favor de la inmediatez y sencillez de los medios nuevos y no oficiales tiene su precio. La semana pasada, el vocero del Vaticano, el religioso Francisco Lombardi, se vio obligado a emitir una prolongada aclaración después que Francisco conversó con un periodista ateo italiano, Eugenio Scaffari.

En la entrevista publicada en el diario de tendencia izquierdista La Repubblica, Scalfari atribuyó al papa haber dicho que había cardenales entre los clérigos pedófilos y que hallaría una solución al problema del celibato sacerdotal.

Scaffari admitió que no toma notas ni graba sus entrevistas, y que se limita a reconstruir el diálogo apelando a su memoria. Como resultado, dijo Lombardi, las citas atribuidas a Francisco no pueden ser confirmadas. Y sugirió que Scalfari pudo haber manipulado intencionalmente las palabras del papa "para los lectores ingenuos".

A Francisco parece no importarle demasiado: fue la segunda entrevista que concedió a Scalfari. Después de la primera, Lombardi también tuvo que salir a aclarar las cosas.