Atentado bomba mata a 25 personas en Pakistán

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Vista parcial del atentado con bomba ocurrido este domingo en Pakistán.

"La explosión fue tan grande, que remeció toda el área", afirmó el testigo Ali Reza. "Dos viviendas y tiendas cercanas pegaron fuego tras la explosión y se cayeron los balcones de varios edificios", agregó.
Un atacante suicida detonó explosivos adheridos a su cuerpo mientras musulmanes chiíes salían de una mezquita en la capital comercial de Pakistán el domingo, matando al menos a 25 personas e hiriendo a 50, dijo la policía.

"Fue una explosión poderosa en un área congestionada dominada por chiíes", explicó el alto funcionario de la policía Shabir Ahmad Sheikh sobre el ataque, que fue la más reciente señal de que grupos militante suníes están aumentando la presión sobre la secta musulmana minoritaria.

Ofensivas militares y ataques con aeronaves no tripuladas estadounidenses contra los talibanes en Pakistán en los últimos años han reducido el número de ataques suicidas contra objetivos militares y del Gobierno.

Sin embargo, grupos suníes, principalmente Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), han escalado sus ataques contra los chiíes, de quienes creen que no son musulmanes.

Los atentados bomba contra chiíes han acabado con la vida de casi 200 personas sólo en la ciudad de Quetta desde comienzos de año.

En el 2012, los ataques y enfrentamientos sectarios en Pakistán subieron un 47 por ciento, a 208 incidentes, según el Pak Institute For Peace Studies, una prominente consultoría pakistaní.

Aunque la masacre de Quetta causó impacto mundial, una investigación de Reuters en una serie menos conocida de asesinatos en Karachi sugiere que la violencia está tomando una nueva y volátil dimensión mientras un pequeño número de chiíes se defiende.

Los aliados occidentales de Pakistán tradicionalmente se han concentrado en el desafío que significa para el Estado nuclear los militantes talibanes que combaten al Ejército en los altos llanos de la frontera con Afganistán.

Pero un ciclo de matanzas en las calles de Karachi apunta a un nuevo tipo de amenaza: una campaña del LeJ y de grupos aliados pakistaníes antichiíes para abrir rencillas sectarias en la ciudad de 18 millones de habitantes.

Agentes de Inteligencia pakistaníes afirman que el LeJ se ha convertido en la mayor amenaza a la seguridad en el país que también lidia con una frágil economía, infraestructura en ruinas y pobreza generalizada.

Las frustraciones de los chiíes crecen con cada explosión. Los chiíes dispararon al aire el domingo por la noche en Karachi, una metrópolis plagada por el crimen y la violencia étnica y política.

"La explosión fue tan grande, que remeció toda el área", afirmó el testigo Ali Reza. "Dos viviendas y tiendas cercanas pegaron fuego tras la explosión y se cayeron los balcones de varios edificios", agregó.

Otro testigo, Muhammad Kazim, dijo que mujeres y niños que realizaban compras en las inmediaciones habían resultado heridos.