Opinión: Las Torturas de Castro

Cartel del documento de Prisoners Defender: "Primer Estudio Integral sobre la Tortura en Cuba"

La ONG, Prisoners Defenders, que dirige Javier Larrondo, ha presentado un informe titulado “Primer Estudio Integral sobre la Tortura en Cuba”, un trabajo muy bien elaborado que demuestra cómo el régimen totalitario cubano abusa despiadadamente de sus ciudadanos sin importar edad, sexo o cualquier otra condición.

Según el documento, el trabajo se inició en el 2022, tomando como base 15 patrones de torturas y 181 víctimas, todos atormentados en las prisiones cubanas durante los últimos 12 meses, que “han servido de muestra aleatoria y estadísticamente representativa de un colectivo de 1.277 presos políticos civiles, todos ellos torturados en las cárceles cubanas en los últimos 12 meses”.

Destaca Larrondo en otra parte el documento: "El 80% de esos casos al azar está sufriendo más de 5 tipos de tortura, y que los niños y los jóvenes son dos de los colectivos más torturados. Así lo sufrió Gabriela, manifestante del 11J a la que torturaron por manifestarse y que, con 17 años, al llevarla a la prisión, las guardias (les narro textual el escrito de un testigo) “le metieron el dedo en la vagina de cuclillas, casi la violan … demasiadas cosas que le pasó, que no superó, y que no superará”.

Trabajos como este son fundamentales para que aquellos que siguen empecinados en no ver la tragedia que ha significado para Cuba y los cubanos el régimen castrista, situación que sin duda alguna se repite en las autocracias aliadas de La Habana, como son Nicaragua, Venezuela y Bolivia, amen, de otros siempre atraídos por la tentación totalitaria.

En el 2012, bajo la dirección del cineasta Luis Guardia y el activista pro democracia Francisco Paco Lorenzo, produjimos un documental titulado “Las Torturas de Castro”, una filmación histórica que los interesados pueden encontrar en las redes y que demuestra cómo, desde el momento en que llegaron al poder en Cuba Fidel y Raúl Castro, en la isla no han cesado las torturas y por consiguiente la violación y abuso a los derechos humanos.

La filmación empieza con Castro diciendo que en Cuba no se ha reprimido, torturado o asesinado nunca, y sigue con el ex prisionero político Abel Nieves respondiendo cómo aún siendo un adolescente fue sepultado, acostado de espaldas, los brazos a lo largo de su cuerpo, sin poder moverse, con agua corriendo por su cuerpo. Concluye diciendo que permaneció siete días en aquel ataúd mojado, una de las tétricas gavetas del Palacio de Atares en La Habana.

Abel, 21 años preso, fue un hombre de gran entereza moral pero muy afectado por los numerosos abusos que sufrió, su entrega a la causa democrática cubana fue absoluta y su devoción por el presidio político sumamente notable.

Orestes Pérez, 28 años preso, al igual que otros prisioneros en Topes de Collantes, fue amarrado a una gran piedra y lanzado a una poceta para que denunciara a sus compañeros, siendo sacado de la misma cuando prácticamente había quedado sin respiración.

Evelio Ancheta fue salvajemente torturado en las tétricas “Cabañitas” con bruscos y radicales cambios de temperatura. También fue lanzado atado a una piscina, mientras desinformaban a la familia sobre su condición.

Aurelio Hernández, en el mismo lugar fue inyectado con pentotal sódico, le aplicaron descargas de corriente eléctrica y fue sometido a fusilamientos simulados tal y como padeció Rigoberto Hernández.

La prisionera Annete Escandón no padecía de problemas mentales, le fueron aplicados 20 electrochocks en el hospital de Mazorra en tres meses, igual que a otros prisioneros, entre ellos Raúl Salazar, con severas secuelas por las torturas.

Penosamente no puedo hacer una síntesis de todos los declarantes del documental “Las Tortura de Castro” que me hizo evocar el “Primer Estudio Integral sobre la Tortura en Cuba” de Prisoners Defender, que además de los abusos físicos, señala que en la Isla de los Castro, entre otras transgresiones, hay que señalar las violaciones a los derechos laborales, la violación legislada del debido proceso penal, la violación de múltiples derechos y libertades fundamentales como la libertad de pensamiento, de expresión, de reunión y asociación, de movimiento, la libertad religiosa, entre otras, y otros aspectos como la impunidad legislada y practicada para los abusos de las autoridades, las detenciones arbitrarias, la desaparición forzada, la prisión provisional, la carencia legal de abogados defensores y la prisión política en Cuba”.