Cuba deshace la "ofensiva revolucionaria de 1968"

Propaganda de la "ofensiva revolucionaria de 1968"

El gobierno vuelve a autorizar los "timbiriches" donde laboran una o dos personas, dando marcha atrás a la llamada "ofensiva revolucionaria de 1968".
El gobierno de Cuba ahora anuncia que comenzará a alquilar pequeños locales estatales a sus empleados para que ellos los administren como trabajadores por cuenta propia.

La medida tendrá efecto el venidero mes de diciembre y será de manera experimental en las provincias de Artemisa, Villa Clara y Ciego de Avila. Los establecimientos que probarán este método deben tener solamente de uno a 5 trabajadores.

La medida que se implementará a partir del 1de diciembre es similar a los modelos de gestión que ya se aplican en las barberías y peluquerías.

"Los gastos en mantenimiento y reparaciones, así como el pago por los servicios de electricidad, agua y telefonía serán asumidos por los trabajadores según la tarifa residencial", agregó la información.

Sin embargo, estos comercios podrán comprar cigarros y tabaco a precio minorista con un descuento para venderlos a los clientes.

Los empleados estatales que ahora pasen al sector privado deberán someterse al sistema tributario como los demás trabajadores por cuenta propia de la isla.

Similares comercios existían en la Isla hasta el 13 de marzo de 1968, cuando Fidel Castro, anunció lo que llamó “la ofensiva revolucionaria”, para acabar con lo que calificaban de “pequeña burguesía urbana”.

El economista Oscar Espinosa Chepe ha destacado que entonces se confiscaron 55.636 pequeños negocios, muchos operados por una o dos personas.

El investigador cubano asegura que de aquellos negocios confiscados unos 11.878 eran comercios de víveres o los bodegas, 3.130 carnicerías, 3.198 bares, 8.101 establecimientos de comida (restaurantes, friterías, cafeterías, etc.), 6.653 lavanderías, 3.643 barberías, 1.188 zapaterías, 4.544 talleres de mecánica automotriz, 1.598 artesanías y 3.345 carpinterías, relojerías minúsculas, barberías, viejas imprentas, puestos de fritas, pequeños comercios y hasta hornos de carbón y sillones de limpiabotas.