Obama niega que el control de armas busque desarmar a la población

  • Agencias

Barack Obama dice que la violencia armada en EEUU es una "crisis nacional". EFE

Rodeado de víctimas o familiares de fallecidos por tiroteos, pero también de representantes de los comercios de armas, el presidente defendió sus medidas para controlar la venta de armas.

El presidente estadounidense, Barack Obama, negó este jueves que las medidas ejecutivas propuestas el martes para controlar la venta de armas busquen restringir el derecho de sus ciudadanos a estar armados.

"Lo que he dicho consistentemente a lo largo de mi presidencia es que respeto la segunda enmienda (de la Constitución). Respeto el derecho de portar armas. Respeto a las personas que quieren un arma para su protección personal, cacería o deporte", dijo Obama durante una asamblea televisada organizada por la cadena CNN.

"Pero todos podemos estar de acuerdo en que tiene sentido hacer todo lo que podamos hacer para mantener las armas fuera de las manos de las personas que quieran hacer daño a otros o a sí mismos", añadió el mandatario en el programa, que era transmitido en directo desde la universidad George Mason, en Fairfax (Virginia, cerca de Washington).

Rodeado de víctimas o familiares de fallecidos por tiroteos, pero también de representantes de los comercios de armas, Obama defendió sus medidas de "sentido común" para aumentar los controles a la venta de armas.

"No vamos a eliminar la violencia por armas pero podemos reducirla", señaló el presidente estadounidense, citando que 30.000 personas mueren anualmente en el país a causa de las armas, 3.000 de ellas por suicidios.

El paquete de medidas de la Casa Blanca exige a los vendedores de armas de fuego la verificación de antecedentes criminales de sus clientes -requisito para obtener una licencia-, no solo para aquellos que operan en un espacio físico sino también para aquellos que venden armas por internet o aún en las ferias de armamentos que se montan en centros comerciales.

La iniciativa también contempla el control de antecedentes criminales durante la compra de armamento a través de fideicomisos o corporaciones, e incluye el aumento sustancial en el personal especializado que se encargará de los chequeos de antecedentes.

Por otro lado, la Casa Blanca propone aumentar la ayuda para personas que sufren trastornos mentales graves y estimular el desarrollo de tecnologías para aumentar la seguridad de las armas de fuego.

El poderoso grupo de presión estadounidense de las armas, la National Rifle Association (NRA), que se opone a las medidas y reitera que el derecho a tener armas está contemplado en la segunda enmienda a la Constitución, se negó a participar junto a Obama en el programa.