"Nuestras calles son de todos", declara sacerdote cubano

La iglesia San Juan Bosco en La Habana, misa del 25 de diciembre de 2020.

“Nuestras calles son de todos, de todos los que nacimos aquí, estemos o no; de todos los que vivimos aquí y amamos esta tierra, tierra de Dios, tierra de la Virgen de la Caridad del Cobre”, declaró el sacerdote católico Maykel Gómez Hernández el viernes en la iglesia San Juan Bosco, en La Habana.

El padre Gómez Hernández también se refirió a las divisiones que existen en la sociedad cubana:

“No podemos avanzar si seguimos levantando muros que Cristo un día derribó por ti, necesitamos transformar nuestro corazón, necesitamos transformar nuestro pensamiento, y así será la única forma de poder transformar nuestra sociedad, una sociedad basada en Cristo, fundamentada en el amor, la comprensión y la solidaridad entre todos”.

Hay que renunciar a formar "hombres puramente mecánicos y rutinarios", y tener un pensamiento mas práctico e independiente, dijo el diácono.

A mediados de mes, en su tradicional Mensaje Navideño, la Iglesia Católica cubana pidió pluralidad, diálogo y negociación entre los que tienen valoraciones diferentes de la realidad cubana.

"Una buena noticia para los cubanos sería que la intolerancia dé paso a una sana pluralidad, al diálogo y a la negociación entre los que tienen opiniones y criterios distintos", dice la comunicación.

Durante los últimos meses, informa Cubanet, también otras voces de la Iglesia Católica han llamado la atención sobre la situación en Cuba.

En octubre, Jorge Luis Pérez Soto, un sacerdote de la Parroquia San Francisco de Paula, en La Habana, dijo que los gobernantes debían someterse a la autoridades del pueblo, y no al revés.

Días después, el padre Alberto Reyes Pías, en Camagüey, dijo que en Cuba se vive en esclavitud, una condición marcada por el hecho de “vivir sin honor, sin respeto, sin honra”, informó Cubanet.

A finales de noviembre, recuerda el diario 14ymedio, más de 200 sacerdotes, religiosas y laicos residentes en Cuba se unieron a la ola de solidaridad con el Movimiento San Isidro y los activistas que estaban en huelga de hambre.