Nicaragua: canal interoceánico a manos chinas

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El canal de Nicaragua tendría mayor calado y longitud que el de Panamá.

El Congreso nicaragüense contempla dos proyectos de ley que concederían la construcción y administración de un nuevo canal entre el Mar Caribe y el Pacífico a una firma de Hong Kong.
Una comisión del Congreso de Nicaragua analiza dos proyectos de ley que serían enviados el próximo jueves al plenario legislativo y que concederían a una empresa de Hong Kong la construcción y administración de un canal interoceánico a través de la nación centroamericana.

Según el gobierno del presidente Daniel Ortega, el canal permitiría duplicar los ingresos económicos de Nicaragua para el año 2018, sería como un aliento mágico para el mercado laboral porque la construcción de las obras elevaría de poco más de 600 mil a 1,9 millones la fuerza laboral del país, y permitiría destinar recursos para la reforestación y el cuidado del medio ambiente.

Pero la oposición y ambientalistas independientes se oponen al proyecto valorado en principio en unos $40 mil millones de dólares, que demoraría en estar terminado al menos una década y que significaría abrir una brecha de costa a costa más ancha que el Canal de Panamá, y tendría entre otras instalaciones, una vía ferroviaria para carga, oleoductos y aeropuertos.

Sus críticos señalan que el canal viola la ley general de protección de aguas ya que sus cuatro potenciales rutas atraviesan el Gran Lago de Nicaragua (Cocibolca), una reserva nacional de agua potable, y porque al ser una vía de gran calado hay que dragar hasta 24 metros de profundidad, alrededor de una docena de metros más que las que tiene como promedio el lago, con el consiguiente daño ecológico.

De acuerdo con opositores, se trata de una “estafa” del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional porque la empresa a la que ha sido concedida la obra, HK Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited, es una firma desconocida que fue creada por un abogado hace sólo 10 meses.

La polémica en torno al proyecto no sólo se centra en que la construcción de la obra quedaría en manos de una compañía sospechosa, sin credenciales probadas en este tipo de obra, sino que además tendría la potestad de operar durante un siglo el canal interocéanico.

El canal previsto en Nicaragua estaría a unos 600 kilómetros del de Panamá, que hoy en día es vía de tránsito del 5% del comercio mundial y por el que en 2012 atravesaron buques transportando como promedio unas 900 mil toneladas de mercancías diariamente.