Multas y juicios por el nasobuco mientras la PNR controla las colas

Un policía organiza una fila de personas que esperan para comprar alimentos en La Habana, el 3 de abril del 2020.

Mientras la prensa oficial pide aplausos y reconocimiento para la Policía Nacional Revolucionaria, los agentes del orden usan la fuerza excesiva, cometen maltratos y abuso de autoridad contra la población.

Un artículo publicado en Juventud Rebelde asegura que cumplen una labor "vital", "velando por la salud, la seguridad y el bienestar de los ciudadanos".

Sin embargo, cubanos se quejan de que, durante los tiempos de pandemia, se han intensificado las agresiones de la policía contra el pueblo.

Radio Televisión Martí entrevistó sobre el tema a los periodistas independientes Ana León (Anay Remón) de La Habana y Jorge Amado Perio, de Santiago de Cuba.

“Sobre el maltrato policial, lo primero que tengo que decir es que no es una práctica generalizada, pero al poner a la policía a organizar las colas, y considerando que los cubanos están muy alterados por la carencia de alimentos, se crean algunas fricciones y los ánimos se caldean y pueden haber gritos, pueden haber amenazas”, dijo León.

Un soldado organiza una cola para comprar alimentos en La Habana. REUTERS/Alexandre Meneghini

Para garantizar una mejor organización de las colas y evitar las aglomeraciones, el régimen ha recurrido a la PNR y hasta a los llamados “Avispas Negras”.

“En Cuba, hay una línea muy sutil entre hacer cumplir las regulaciones estipuladas por las autoridades de Salud para prevenir el coronavirus y las medidas arbitrarias y el abuso policial”, anotó Perio.

En los últimos días han salido a la luz pública a través de las redes sociales hechos de abuso por parte de la fuerza policial apuntó la comunicadora.

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“Entre los más relevantes, además de la presunta violación de las dos muchachitas de Marianao, está el arresto en La Habana el 13 de abril de un joven en una parada de guagua por haberse quitado el nasobuco para fumar. Lo condujeron a una unidad y ahora está en el centro de detención conocido como El Vivac en espera de un juicio ejemplarizante”.

“Ese joven durante el tiempo de detención en el calabozo estuvo junto a otros 25 presos en una celda muy pequeña. Es decir que están exponiendo al contagio a esos mismos que arrestan por desacato, desobediencia o propagación de epidemia”, recalcó la periodista.

Sobre ese tipo de sucesos el coronel Eddy Sierra Arias, segundo jefe de la Dirección General de la PNR dijo en una comparecencia televisiva, que nada justifica no usar la mascarilla y que ese tipo de infracciones serían sancionadas.

“Lo que no se dice es qué elementos se toman en cuenta para castigar a unos con multa y a otros con juicio”, destacó la corresponsal de la agencia Cubanet.

“Otro ciudadano, dijo, fue multado con 300 pesos en la puerta de su domicilio por llevar mal puesto el nasobuco. Este caso se tramitó con multa. Si los dos fueron castigados por lo mismo por qué uno fue llevado a juicio y otro multado, se preguntó la reportera.

La semana pasada varios agentes amarraron con una soga a una mujer en el Hospital Clínico Quirúrgico “General Freyre de Andrade” de Centro Habana, según un video divulgado en Facebook.

“Es cierto, que la mujer estaba visiblemente alterada, posiblemente gritándole a alguien del personal médico, diciendo malas palabras; en fin, comportándose sin ningún tipo de educación y respeto. Pero tiene que haber un protocolo para que la policía resuelva estos casos sin tener que amarrar con una soga, porque yo pienso que la policía tiene esposas”, señaló Ana León.

Al respecto agregó: “No se pueden obviar la responsabilidad ciudadana y la indisciplina social. Pero sucede que la base marginal de la población cubana cada vez es mayor y estamos en un contexto de muchas dificultades sociales y económicas”.

“La policía tiene que estar preparada para lidiar con este tipo de gente sin que se produzca una manifestación de abuso tan flagrante como tener que amarrar a una mujer con una soga, una mujer negra por demás. Así que de ahí se desprenden una serie de lecturas que puede ser racismo puede ser violencia de género”, lamentó.

En este sentido Perio indicó: “En Cuba, hay una línea muy sutil entre hacer cumplir las regulaciones estipuladas por las autoridades de Salud para prevenir el coronavirus y las medidas arbitrarias y el abuso policial. Y ya no se trata de acciones represivas contra activistas o la prensa independiente, sino contra la población en general”.

“Agentes policiales, que no digo toda la PNR, cometen actos arbitrarios y en muchos casos, su comportamiento no es el de un miembro del cuerpo estatal que debe garantizar la protección a la ciudadanía. Por ejemplo una persona puede estar en una zona de wifi, con su mascarilla y guardando la distancia y viene un agente de la PNR y le dice que no puede estar ahí, sin justificación alguna. No te dan ningún tipo de explicación”, concluyó Jorge Amado Perio.