Al menos ocho personas murieron este miércoles en una explosión en la ciudad siria de Homs, entre ellas un periodista francés, el primer reportero occidental en perder la vida en los 10 meses de revueltas en el país.
La cadena de televisión France 2 confirmó que uno de sus periodistas había muerto. Por su parte, el canal sirio Addounia TV dijo que un reportero holandés se encontraba entre los heridos.
Gilles Jacquier, que anteriormente había reportado desde Irak y Afganistán, fue invitado a Siria por el Gobierno, dijo la cadena de televisión.
Si bien Siria prohibió a los medios extranjeros del país, desde que comenzó una misión de la Liga Arabe se ha permitido el acceso a algunos reporteros.
Un testigo en Homs, que pidió no ser identificado, dijo que las víctimas murieron debido a granadas propulsadas por cohetes disparadas durante una manifestación a favor del presidente socialista Bashar al-Assad. Afirmó haber visto tres cuerpos.
Rami Abdulrahman, del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña, citó a activistas en Homs que dijeron que los periodistas se encontraban cerca del barrio de Akrama en el momento de la explosión.
Por otro lado, Reporteros Sin Fronteras (RSF) exigió hoy a las autoridades sirias que aclaren las circunstancias de la muerte del reportero de la cadena pública francesa France 2, Gilles Jacquier, en la localidad de Homs, donde cubría las revueltas contra el régimen socialista del presidente sirio, Bachar al Asad.
“Pedimos a las autoridades, en colaboración con los observadores de la Liga Árabe, que esclarezcan esta tragedia", indicó la ONG en un comunicado.
La organización, con los datos facilitados por un testigo, indicó que un obús cayó sobre un grupo de periodistas que se encontraba trabajando, bajo el paraguas de las autoridades, en varios barrios del sur de esa localidad.
RSF señaló que el impacto afectó a varias personas y provocó el fallecimiento en el acto de Jacquier, además de heridas en un ojo a un fotógrafo belga.
Su petición para que se aclare lo sucedido se une a la solicitada por el presidente francés, Nicols Sarkozy, y por el ministro de Exteriores, Alain Jupp, que pidieron también a las autoridades garantizar "la seguridad de los periodistas internacionales en su territorio para proteger la libertad fundamental a la información".