Grupo del exilio protesta en Café Versailles

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Vigilia Mambisa protesta en Miami por viaje de Obama a Cuba.

Lejos de las esperadas multitudinarias manifestaciones, esta semana en el Café Versailles unos pocos exiliados se reúnen para protestar contra la visita del presidente Barack Obama a Cuba.

El periodista de TV Martí Ricardo Quitana fue al encuentro de miembros de la organización Vigilia Mambisa que, en las afueras del Café Versailles, icónico sitio que desde la década de 1970 sirvió de escenario al exilio de Miami, protestó el martes contra la visita de Obama a la isla.

"Estamos aquí para denunciar la visita de Obama a Cuba. Estamos en total desacuerdo", dijo a TV Martí Miguel Saavadra, coordinador de Vigilia Mambisa.

Un pequeño grupo le acompañó, portando carteles en los que se podía leer: "Obama miserable, traidor, castrista".

También llevaban la famosa aplanadora, con la que esperaban destruir emblemas del partido demócrata y de la Administración de Obama durante la protesta de este lunes.

La agencia AFP alude a que la falta de concurrencia en el Versailles se ha repetido tanto en ese local como en todos los rincones de Miami durante el proceso de acercamiento, que está siendo sellado esta semana con la visita de Obama a Cuba.

Miami, ciudad icónica del exilio cubano

Miami, la ciudad donde vive más de la mitad de la diáspora de dos millones de cubanos en Estados Unidos, ha permanecido en una calma casi total.

"Café Versailles es como un barómetro que mide la actividad política en el sur de Florida. Sabes que algo está ocurriendo porque pasas y ves gente. Pero con los nuevos cambios que han ocurrido, el barómetro ha bajado", dijo a AFP el director del museo History Miami.

"La temperatura no aumenta, no ves la misma actividad y eso refleja los cambios políticos, las nuevas generaciones, gente que está más abierta a los cambios que están ocurriendo", dice Jorge Zamanillo, hijo de padres cubanos nacido en Estados Unidos.

Pedro Freyre, un abogado de origen cubano que viajó a Cuba con la comitiva del presidente Obama, recordó que durante el litigio por el niño balsero Elián González, el Versailles "era el lugar caliente del pueblo, ahí era donde se formaba todo".

Esos tiempos quedaron en el retrovisor. El Versailles "ya no es la silla caliente, ya de verdad se ha convertido en un cliché, no refleja la realidad", dice Freyre. "El momento de la ira pasó".

El abogado se refirió al cambio demográfico de la comunidad cubanoestadounidense, constatado en encuestas que muestran ahora a una mayoría a favor del acercamiento: a medida que menguan las primeras generaciones de exiliados, más radicales, van en aumento los inmigrantes llegados en los últimos años, propensos al entendimiento.

Hay "una nueva generación de cubanoamericanos. Ya sean los nacidos aquí, hijos nuestros, de los que vinimos los primeros años del exilio, como las personas que están llegando más recientemente de Cuba, que sin duda no son parte de esa historia del exilio de los años 60, 70 y 80", dice José Azel, experto de la Universidad de Miami.

Propiedad de la familia Valls que se exilió de Cuba tras la Revolución castrista, el Versailles es un popular y turístico restaurante, conocido sobre todo por su "ventanita" a la calle, donde las personas se toman de pie un café cubano mientras discuten los acontecimientos políticos o deportivos de la isla o de Estados Unidos.