El clima y los humanos propagan la malaria

  • Jesús Rojas / Radio Martí

El parásito del mosquito Anopheles causa unas 700-mil muertes al año, mayormente en Africa e India.

Un equipo científico dio seguimiento a la enfermedad durante 20 años en dos poblados cercanos en Senegal, y concluye que las condiciones climáticas no son los únicos factores que contribuyen a la prevalencia de la malaria.

Un equipo internacional de investigadores ha demostrado que la propagación de la malaria no sólo está determinada por factores climáticos, sino que el grado de inmunidad de una población (un factor no calculado hasta ahora) también juega un papel esencial.

El estudio, publicado en la revista Actas de la Academina Nacional de Ciencias de Estados Unidos, PNAS, fue realizado por científicos del CONICET en Argentina, de los Institutos Pasteur de París y Dakar, del IRD de Dakar y del Instituto de Cataluña de Ciencias del Clima (IC3) de Barcelona.

La malaria, causada por el parásito Plasmodium falciparum, que se transmite por la picadura de mosquitos Anopheles, mata cada año a unas 700.000 personas en todo el mundo, fundamentalmente en África e India.

La fuerza de la infección está determinada por la cantidad de mosquitos, su longevidad, la fortaleza del parásito, o la frecuencia de las picaduras y todo ello depende de dos factores climáticos: la temperatura y las lluvias.

Pero hay otro factor que resulta determinante en la propagación de esta enfermedad, la inmunidad. Aunque la inmunidad completa del parásito no se consigue del todo en humanos, algunas personas pueden desarrollar cierto grado de protección (tras desarrollar la enfermedad varias veces), son los individuos asintomáticos que pueden ser nuevamente infectados y, sin embargo, no mostrar síntomas.

"El estudio ha permitido analizar el papel del clima de una manera única y demostrar inequívocamente que la extensión de esta enfermedad está determinada también por el grado de inmunidad de la población", explicó a EFE el profesor en el ICREA y coautor del estudio, Xavier Rodó.

Añade que "durante veinte años, hicimos un seguimiento de la enfermedad en sendas poblaciones de Senegal situadas a cinco kilómetros la una de la otra, donde la prevalencia de la malaria es completamente diferente pero donde las condiciones climáticas son exactamente iguales".

Y es que en uno de los pueblos, situado junto a un río, el mosquito Anopheles (transmisor de esta enfermedad) está presente todo el año (es endémico), mientras que en el otro, los insectos sólo aparecen en época de lluvias.

El estudio, además, es "único" porque está hecho con la base de datos más "exhaustiva, detallada, y completa" utilizada hasta ahora.