La Dama y el Gladiolo

Laura Pollán entendió que la mejor forma de enfrentar la cárcel y el aislamiento ciudadano que provoca la represión social contra todo el qué enfrenta el sistema cubano, era unirse por el amor.

Sin dudas que los vecinos de Laura Pollan, se quedaron muy impresionados cuando se percataron del arrojo y la constancia de aquella discreta maestra de escuela que fue capaz de asumir un liderazgo muy particular cuando su esposo, Héctor Maseda, fue a prisión.

Su solidaridad y coraje para demandar los derechos de su marido primero y de los compañeros de este después, debieron haber provocado una conmoción en quienes la conocían, porque Laura no se circunscribió al respaldo moral y material que la mayoría de las esposas y madres cubanas han prestado a sus familiares en prisión.

Laura entendió que la mejor forma de enfrentar la cárcel y el aislamiento ciudadano que provoca la represión social contra todo el qué enfrenta el sistema cubano, era unirse por el amor y el compromiso contraído, con el ser querido encarcelado.

Su casa se transformó en un cuartel de la libertad, no para conspirar, sino para compartir cartas, noticias de los maridos y familiares en prisión, las riquezas espirituales de todos y las miserias materiales en las que la dictadura ha sumido el país.

Ella entendió necesario que la solidaridad debía ser activa para demostrar la crueldad de régimen, y a la vez decirles públicamente a aquellos que no querían ver y escuchar, que eran cómplices por omisión o participación de una injusticia.

Laura con la asistencia de otras mujeres muy notables, Berta Soler y Yolanda Huerga, entre otras, tuvo la habilidad de nuclear en torno a un proyecto de solidaridad humana, asociado a un compromiso ético, y en un crudo entorno represivo, un símbolo, Las Damas de Blanco, que ha sido el más eficiente de los instrumentos cívicos en la denuncia de la crueldad extrema del totalitarismo cubano.

Ese grupo de mujeres que Laura inspiró, la mayoría no se conocían y solo tenían en común que sus esposos y familiares habían sido arrestados en la Primavera Negra del 2003, en un constante batallar por sus derechos, trascendieron el suceso que había motivado su fundación.

La oleada represiva del 2003 y el fusilamiento de tres jóvenes causó al régimen de los Castro, serios daños en la opinión pública internacional, pero la constitución de las Damas de Blanco y su gesta continua y diáfana, le ha impuesto al ciudadano la certeza que tras los muros del castrismo se puede resistir y demandar los derechos que le han sido conculcados.

El legado de Pollan es invaluable a partir del momento que decidió ejercer su magisterio en las calles de La Habana, junto a sus compañeras, enfrentando las diabólicas turbas del castrismo solo con un gladiolo rosado.

La brutalidad represiva nunca la intimidó. En las calles, durante sus caminatas por la Quinta Avenida u otras vías capitalinas, su dignidad enfrentaba la vesania de los esbirros que la atacaban.

Junto a sus compañeras hizo gala de un coraje firme, tanto en la iglesia de Santa Rita o en su casa, las veces que ésta fue rodeada por hombres y mujeres que como lobos, al grito de "Machetes que son poquitas", querían devorar a las valientes mujeres como si fueran corderos.

Aun en los momentos más críticos, en los que la represión mostraba su rostro más brutal, no perdió su hablar pausado. Sin gritos y aspavientos, sólo con la consistencia de sus palabras, trasmitía una serenidad que unida a la firmeza de sus convicciones enseñaba que si los derechos no eran reconocidos por las autoridades, era un deber demandarlos. Esa conducta y magisterio la han situado en la posición de honor que ya ocupa en la historia de Cuba.

Laura impulsó un inédito diálogo entre la Iglesia Católica Cubana y la dictadura. Logró que decenas de presos fueran liberados por medio de una relación inédita entre el gobierno y la iglesia.

Más allá de las muchas interrogantes que deja la enfermedad y muerte de Laura Pollan solo queda la conclusión que su deceso únicamente favorece a la dictadura. Otro enigma es su sepelio. Breve, rápido, una cremación expedita.

La muerte de Laura fue seguida por una ola de arrestos en varias ciudades cubanas. La dictadura reconocía el peligro que representaba aun después de ser cadáver. Estaban conscientes que la mujer había desaparecido, pero que para la oposición surgía un nuevo referente, otro valor ético sobre el cual continuar sus demandas.

La obra de la Dama del Gladiolo, es un hito en este largo proceso de lucha contra el totalitarismo, por eso ha dejado una huella muy particular en nuestra historia contemporánea, específicamente en lo que concierne a la lucha por la demanda de los derechos ciudadanos bajo el totalitarismo.