Cinco cubanos al Juego de las Estrellas del 2014

Cubanos en el Juego de las Estrellas

Estarán jugando por la Liga Nacional Yasiel Puig, de los Dodgers y Aroldis Chapman de los Rojos de Cincinnati, junto a José Abreu y Alexei Ramíres, de los Medias Blancas y el jardinero Yoenis Céspedes, de los Atléticos.

Los cubanos han dado otra muestra de la calidad innata de sus peloteros al ser convocados cinco de ellos al inminente Juego de las Estrellas.

Dos cubanos alinearán en el bando de la Liga Nacional, el jardinero Yasiel Puig (LA Dodgers), uno de los peloteros que defenderán su posición desde el primer lanzamiento, y el lanzador zurdo Aroldis Chapman (Cincinnati Reds), miembro del staff de 14 tiradores.

Como pasmosa muestra del temple de esos criollos, es pertinente recordar que sobre Puig, en su segundo año como profesional, flota una presunta amenaza de traficantes de personas que lo habrían sacado de Cuba; Chapman, por su parte, sanó milagrosamente de aquel pelotazo en la cabeza que hace unos meses pudo costarle la carrera… y hasta la vida.

¡Y por si fuera poco, los dos estelares enfrentan demandas por su hipotética culpa en el encarcelamiento de personas en Cuba!

En la Liga Americana, mientras tanto, tres criollos fueron convocados como reservas, o lo que es lo mismo, iniciarán el partido de estelares sentados en el dugout. Son ellos el novato José Dariel “Pito” Abreu, del Chicago White Sox, al día de hoy líder en cuadrangulares (27, en abrazo con Nelson Cruz, de Baltimore Orioles) --como primera base fue seleccionado Miguel Cabrera (Detroit Tigers)--, así como el torpedero Alexei Ramírez (también del White Sox) y el outfielder Yoenis Céspedes (Oakland), sorprendente triunfador en el Derby de Jonrones del año pasado.

Quedan esta vez dos plazas pendientes y para su definición los votos de los fanáticos serán recibidos hasta el jueves: la Liga Americana añadirá un pitcher, de una lista de cinco propuestos, en tanto el Viejo Circuito sumará a un jugador de posición, tomado también de entre cinco aspirantes. Ninguno de ellos es cubano.

El Home Run Derby, con sede en el estadio Target Field, de Minnesota, arrancará a las ocho de la noche del 14 de julio, el mismo escenario donde, en la fecha siguiente, se va a disputar el Juego de las Estrellas número 85 en la historia del Big Show.

De Pinar del Río a Guantánamo y pese al cerco informativo del gobierno, millones de cubanos se agenciarán la manera de ver o escuchar el tradicional encuentro. Y dentro de un año, no lo dudo, habrá más compatriotas nuestros mostrando sus armas en el mejor béisbol del mundo.

Es la generación que ha comprendido que su futuro llegó ya, que les espera en la otra orilla, y que la retórica de cambios y lineamientos es demasiado hueca como para ser tenida en cuenta.