Atacantes matan a 33 personas en cuartel policial en Irak

Un niño iraquí camina entre los escombros producidos por un ataque con coche bomba en Irak. Archivo.

La policía dijo que el atacante provocó una enorme explosión cerca de la entrada lateral del edificio de la policía, demoliendo parte de una oficina del Gobierno cercana.
Al menos 33 personas murieron este domingo en la ciudad iraquí de Kirkuk cuando un
atacante suicida detonó un camión lleno de explosivos fuera de un cuartel de policía y hombres armados disfrazados de policías trataron de invadir la sede.

La explosión fue el tercer gran ataque en semanas en o cerca de la ciudad multiétnica de árabes, kurdos y turcos, que está en el corazón de una disputa entre el Gobierno central de Irak y la región autónoma del Kurdistán.

La policía dijo que el atacante provocó una enorme explosión cerca de la entrada lateral del edificio de la policía, demoliendo parte de una oficina del Gobierno cercana.

"Un atacante suicida que manejaba un vehículo lleno de explosivos atacó la entrada del cuartel y después de la explosión, hombres armados con chalecos protectores atacaron con (fusiles) AK47s y granadas, pero los guardias los mataron", dijo un funcionario policial.

Guardias y rescatistas llevaron a los ensangrentados sobrevivientes a camillas en medio de los escombros dejados por la explosión, que dejó un gran cráter en la calle.

La policía dijo que 33 personas murieron en el atentado, incluyendo a 12 empleados en la oficina del Gobierno. Sin embargo, un funcionario de salud afirmó que sólo 16 cuerpos se encontraban en la morgue de un hospital y que había más de 90 heridos.

El ataque se produjo en momentos en que terroristas vinculados a Al Qaeda tratan de inflamar el conflicto sectario en Irak, donde un Gobierno de poder compartido dividido entre la mayoría chií, suníes y kurdos étnicos ha estado en crisis desde que los últimos soldados estadounidenses abandonaron el país
hace un año.

El primer ministro chií, Nuri al-Maliki, enfrenta protestas masivas de musulmanes suníes en las provincias occidentales, que lo llaman a dimitir y se quejan de haber sido marginados desde la caída de Saddam Hussein.