Cuba: La Primavera es Inevitable

La Dr. Laima Andrikiené es miembro del Parlamento Europeo y miembro de la Subcomisión de Derechos Humanos.

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¿Quién es responsable de la muerte del preso político cubano Wilman Villar Mendoza el 19 de enero? ¿Por qué el 3 de febrero, a la bloguera Yoani Sánchez le negaron las autoridades cubanas el permiso para viajar al extranjero por decimonovena ocasión desde mayo del 2008? ¿Por qué a las Damas de Blanco, galardonados con el Premio Sajarov, no se les permitió viajar al Parlamento Europeo en Estrasburgo a recoger el galardón a la libertad de pensamiento?

Hay muchas preguntas y pocas respuestas del régimen cubano. La situación de acoso y represión pone en peligro la vida de los cubanos que defienden los derechos humanos y las libertades civiles. Somos conscientes de que el régimen es directamente responsable de la muerte de cuatro presos políticos: Orlando Zapata Tamayo, Juan Wilfredo Soto García, Laura Pollán Toledo y Wilman Mendoza Villar –, así como de miles de detenciones arbitrarias y cientos de golpes, agresiones y actos de repudio.

La muerte del disidente Wilman Villar Mendoza, de 31 años de edad, el 19 de enero, después de una huelga de hambre de 50 días destaca la constante represión en Cuba. Mendoza Villar fue detenido en noviembre de 2011, después de participar en una manifestación pacífica en Contramaestre; pidiendo una mayor libertad política y el respeto de los derechos humanos. Fue acusado de desacato y condenado a cuatro años de prisión en una audiencia que duró menos de una hora. No le dieron la oportunidad de hablar en su defensa, ni estuvo representado por un abogado.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, grupo que monitorea la situación de derechos humanos y no es reconocido por el Gobierno, lo catalogó en diciembre del 2011 como prisionero político. El régimen cubano niega la existencia de los presos políticos y declaró en un comunicado que Villar no era disidente ni estaba en huelga de hambre. Las autoridades ni siquiera se molestaron en informar a la viuda de Wilman Villar acerca de la muerte de su esposo y ella fue informada por defensores de los derechos humanos.

Hace casi dos años el preso político Orlando Zapata Tamayo murió en circunstancias similares, también en huelga de hambre, con las mismas exigencias. El activista Juan Wilfredo Soto García murió el año pasado después de recibir una brutal golpiza por parte de la policía política en el Parque Leoncio Vidal, en la ciudad de Santa Clara, provincia de Villa Clara. Hace menos de tres meses Laura Pollán Toledo, líder de las Damas de Blanco, murió en circunstancias misteriosas que todavía no se ha aclarado. Numerosos informes emitidos desde dentro de la isla en los últimos tres meses han informado de un aumento en la violencia de los regímenes contra la oposición, incluidos los casos de activistas que han sufrido fractura de cráneo después de golpes con machete, y las Damas de Blanco han sido pinchadas con agujas que contienen sustancias desconocidas, mientras participan en marchas por las calles de La Habana.

El régimen de La Habana y sus cárceles tienen un sistema ideado para eliminar los detenidos políticos y comunes que protestan contra la injusticia y la inhumanidad de sus captores por negarles agua y atención médica y confinamiento en celdas frías. Catherine Ashton, Alta Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, ha deplorado la trágica muerte de Villar e instado a Cuba a seguir trabajando para avanzar en el respeto de los derechos humanos y la libertad de expresión. “Es la segunda muerte en similares condiciones en un tiempo muy corto y plantea dudas sobre el sistema judicial y penitenciario cubano”, dijo Ashton.

Según organizaciones de derechos humanos, no hay forma de saber cuántos opositores al Gobierno están encarcelados, ya que investigadores independientes no pueden visitar las cárceles. En el 2010, Raúl Castro liberó a 52 presos que habían sido arrestados durante la represión de 2003, pero los defensores de los derechos humanos en la isla dicen que estas excarcelaciones no cambian la actitud del régimen hacia los disidentes, y la represión continúa. El año pasado el régimen decidió amnistiar a 2.900 presos, pero según reportes de activistas de derechos humanos, los disidentes no fueron liberados.

Los presos políticos deben ser liberados inmediatamente. La persecución de personas por sus legítimas demandas de libertad de expresión, pensamiento y reunión es injusta. La falta de derechos fundamentales está en contradicción con los principios de humanidad y es una clara violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual Cuba es signataria.

Uno podría tener la impresión de que el régimen cubano está haciendo reformas de libre mercado, que apuntan a reactivar la economía socialista de Cuba fomentando la empresa privada. Pero la realidad es mucho más oscura. Las llamadas reformas de libre mercado no cambiarán mucho las relaciones entre el Estado y los ciudadanos: el régimen todavía controla el 99 por ciento de la economía. Además, esas reformas no proporcionarán a los ciudadanos cubanos sus derechos fundamentales, tales como la libertad de pensamiento, libertad de expresión y de reunión. No es una sorpresa que la mayoría de los cubanos desean oportunidades económicas y la propiedad privada, pero al mismo tiempo enlazan estrechamente estos cambios económicos a cambios políticos en forma de elecciones libres, libertad de expresión, acceso a la información y el derecho a disentir.

Está claro que la realidad en Cuba está lejos de la propaganda de Estado sobre las reformas y cambios. El régimen merece enérgica condena por estos crímenes y persecuciones de las personas. La comunidad internacional debe adoptar las medidas necesarias para prevenir la escalada de ejecuciones extrajudiciales por parte del régimen de Castro. Cualquier régimen represivo y antidemocrático es similar a un hombre muerto caminando. La primavera árabe sorprendió al mundo en el 2011 arrojando a un dictador tras otro. La primavera en Cuba es también inevitable e ineludible.

La Dr. Laima Andrikiené es miembro del Parlamento Europeo y miembro de la Subcomisión de Derechos Humanos. Ella fue ponente del informe anual del Parlamento Europeo sobre la situación de los derechos humanos en el mundo en el 2009 y la política de la Unión Europea al respecto. Además, es miembro del grupo político Partido del Pueblo Europeo (PPE), la mayor agrupación política en el Parlamento Europeo.