La diferencia entre los permisos de Washington y los de La Habana

La congresista estadounidense Ileana Ros-Lehtinen.

La autorización de la visita de la funcionaria cubana, Josefina de la Caridad Vidal, a la sección de intereses de Cuba en Washington D.C, ha causado mucha polémica en altas esferas de la política exterior de los Estados Unidos.

“La acción de los Estados Unidos no tiene reciprocidad por parte de las autoridades cubanas quienes regularmente tratan de interferir con las relaciones entre diplomáticos americanos y miembros de la sociedad civil en Cuba”, dijo el vocero para América Latina del Departamento de Estado, William Ostik.

La visita de la representante del régimen dada a conocer por una nota de prensa del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso a nombre de su presidenta, Ileana Ros-Lehtinen, considera que la decisión de la cancillería estadounidense “es un premio a la dictadura castrista”.

De la Caridad Vidal, directora de la División de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, arribará a los Estados Unidos el próximo día 28 y permanecerá cinco días realizando “trabajo interno” en la Sección de Intereses de Cuba en los Estados Unidos.

“Nosotros no tenemos ninguna inquietud con las interacciones entre diplomáticos cubanos y la sociedad civil en Washington”, aseveró William Ostik para contrastar la diferencia entre los permisos de Washington y los de La Habana.

Según destacó el sitio digital Caféfuerte, la funcionaria cubana abandonó los Estados Unidos en 2003, unos meses después que su esposo fuera declarado persona "non grata" por sus "actividades hostiles a la seguridad nacional".

La fuente citada, destaca las preocupaciones de la congresista Ileana Ros transmitidas a las agencias de inteligencia debido a que el visado de Vidal se produjo horas antes de efectuarse el Primer Encuentro de Cubanos Residentes en Estados Unidos.

La reunión de los cubanos acontecerá el sábado y se espera la participación de unos 150 invitados.

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Reporte desde Washington para Radio Martí