La realidad virtual crea "el hombre invisible"

  • Jesús Rojas / Radio Martí

Los materiales artificiales manipulan la percepción objetiva creando estrés y temor.

En el estudio del Instituto Karolinska, en Suecia, se desvió el ángulo de rayos de luz sobre un objeto, lo que hace que éste no sea visible al ojo humano por medio de un casco de video en directo y cámaras en 3D.

La ilusión de ser invisible algún día viene de la antigua Grecia cuando el filósofo Platón narró la historia de Giges, quien se convierte en rey gracias a un anillo que le confiere esa aspiración milenaria.

Científicos suecos aseguran que esa idea podría ser realidad a la luz de los avances en la investigación de metamateriales capaces de manipular las ondas mediante "capas de invisibilidad".

Dichas capas contienen materiales artificiales que permiten desviar los rayos de la luz que llegan sobre un objeto, haciendo que éste no sea perceptible al ojo humano, según comenta a AFP Arvid Guterstam, coautor de un estudio publicado en la revista Nature.

El científico, investigador en neurociencias del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, explicó que se quiere estudiar los efectos psicológicos de la invisibilidad, para que esos dispositivos puedan ser utilizados algún día.

Los investigadores utilizaron un casco de video en 3D.

En el estudio, con 125 voluntarios, 25 de ellos por cada experiencia, los investigadores utilizaron un casco de video en directo y en 3D, alimentado por un par de cámaras a nivel de los ojos, las cuales filmaban el vacío hacia abajo. Cuando miraron hacia abajo, en lugar de ver su propio cuerpo, la persona ve un espacio vacío.

Para reforzar la ilusión de lo invisible, los científicos tocaron distintas partes del cuerpo de los participantes con un pincel en una mano, mientras la otra hacía el movimiento al vacío. Durante 30 segundos, los voluntarios tuvieron la sensación de que su cuerpo se había vuelto invisible.

Según el científico sueco, las personas del experimento al no verse físicamente registraron un incremento en la sudoración, lo que sugiere que el cerebro de ellos percibió la presencia del vacío bajo sus pies como una amenaza directa a su propio cuerpo.

Los investigadores constataron que el ritmo cardíaco de los participantes y su nivel de estrés declarado era inferior cuando la persona tenía la sensación de ser invisibles sólo cuando se sabía visible por todos los demás.

Arvid Guterstam subraya que "si el cerebro percibe al cuerpo como invisible, supone que el mismo lo es también para otros observadores, lo cual reduce el estrés y la ansiedad vinculados al hecho de ser el centro de atención".

Henrik Ehrsson, del Instituto Karolinska, propone el desarrollo de nuevos estudios para verificar que los dispositivos futuros de invisibilidad "no nos hagan perder nuestro sentido del bien y del mal".

La investigación nos acerca no sólo a Platón, sino también a la novela El hombre invisible, de H. G. Wells, que atribuye esa facultad a un científico loco; o a Harry Potter, el aprendiz de brujo de J. K. Rowling, quien posee una capa con ese poder.