Alan Gross ve disparatada la oferta de La Habana

Una persona sostiene una pancarta en la que pide que sea liberado el contratista Alan Gross.

"El hecho de que EE.UU permitiera a René González viajar para ver a su hermano y que el de Cuba no quiera corresponder, significa que en el asunto de la reciprocidad hay mucha hipocresía", dijo Gross.
El contratista estadounidense Alan Gross consideró como un “disparate” la oferta del régimen de La Habana para que su madre enferma terminal de cáncer pueda visitarlo en la isla, destacó la agencia EFE, citando una entrevista telefónica en vivo con la cadena de televisión CNN.

“Eso es un disparate”, dijo Gross en el programa “The Situation Room” desde el hospital donde se encuentra recluido, agregando que está conteniéndose “para no usar palabras más fuertes”.

El contratista valoró de “vergonzoso” el silencio del gobierno cubano ante la última carta que le enviara al gobernante Raúl Castro desde el pasado 7 de marzo y que no le mostrara “el respeto de responder oficialmente” a su misiva.

“Volvería a Cuba. Lo estoy diciendo en televisión”, explicó Gross en el caso de que le autorizaran ver a su madre de noventa años de edad que tiene una orden médica de no viajar y aunque “el gobierno de Cuba sabe esto, aún así me han ofrecido traerla desde Miami en avión. Mi madre no vive en Miami. Vive en Texas”, destacó la AFP.

En su comparecencia en vivo Gross recordó las palabras del presidente de República Dominicana, Leonel Fernández quien le insistió que su encarcelamiento “no se trata de él” sino de un intento del régimen para “tratar de llegar a algún tipo de trueque” por los cinco espías de la Red Avispa. Sin embargo, “ahora mismo se trata de mí, mi familia y de mi madre. Me lo estoy tomando muy personalmente”, aseveró.

Sobre su situación actual de salud, explicó que aunque desde su arresto en 2009 ha perdido aproximadamente unas cien libras “no estoy realmente en mala forma”.

Alan Gross explicó la rudeza de su primer año prisionero del régimen, donde no alcanzó a ver en ese período “la luz del día” y su comida “estaba llena de insectos,” hasta hoy que no está autorizado “a ver otras personas, excepto compañeros de celda”.

Gross resultó condenado a 15 años de prisión por el régimen de La Habana en marzo de 2011 por “actos contra la independencia o integridad territorial” de la isla, por entregarle computadoras portátiles y equipos de comunicaciones a la comunidad judía” en ese país.