El papa Francisco proclamó este miércoles nuevo santo de la Iglesia Católica al franciscano español Junípero Serra, fraile del siglo XVIII, fundador de las primeras misiones de California, en una ceremonia en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, en Washington.
El pontífice pronunció en latín la fórmula de canonización y pidió que Junípero Serra sea incluido en los libros de los santos de la Iglesia Católica.
El acto formal comenzó con la petición, por parte del cardenal estadounidense Donald William Wuerl, para que el pontífice proclamara la santidad de Junípero Serra, beatificado por Juan Pablo II el 28 de septiembre de 1988.
"Hoy recordamos a uno de esos testigos que supo testimoniar en estas tierras la alegría del Evangelio, fray Junípero Serra. Supo vivir lo que es 'la Iglesia en salida', esta Iglesia que sabe salir e ir por los caminos, para compartir la ternura reconciliadora de Dios", dijo Francisco durante la homilía.
Serra, sacerdote franciscano nacido en Palma de Mallorca, partió como misionero para México en 1748, con 35 años de edad. Primero en Veracruz y luego en ciudad México, partió para California tras la expulsión de los jesuitas de sus dominios por la Corona española, para atender las misiones que estos habían levantado en esa región y fundó allí otras nueve misiones franciscanas.
"Supo dejar su tierra, sus costumbres, se animó a abrir caminos, supo salir al encuentro de tantos aprendiendo a respetar sus costumbres y peculiaridades. Aprendió a gestar y a acompañar la vida de Dios en los rostros de los que iba encontrando haciéndolos sus hermanos. Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegiéndola de cuantos la habían abusado. Abusos que hoy nos siguen provocando desagrado, especialmente por el dolor que causan en la vida de tantos", dijo el Papa.
El rito de canonización en la misa incluyó una biografía del fraile Serra y el canto de las letanías de los santos. Francisco, entonces, pronunció la fórmula de canonización, declarando oficialmente a Junípero Serra un santo.
En su homilía, Francisco exaltó la figura del nuevo santo de América, como modelo de quien habiendo experimentado la alegría de Dios, a su vez, salió a proclamar con alegría la Buena Nueva a todos los pueblos, "dejando atrás la seguridad y la apatía de su comodidad y el hogar".