Decenas de familias murieron asfixiadas por deslave en Guatemala

Una mujer espera los cuerpos de sus familiares, sepultados por un alud, en la morgue habilitada en Santa Catarina Pinula, Guatemala.

Más de 400 personas podrían haber perecido bajo más de 10 metros de tierra y lodo en el caserío El Cambray II. Los rescatistas han extraído 161 cadáveres.

Familias enteras quedaron atrapadas en sus casas por el deslizamiento de tierra que sepultó una humilde villa a pocos kilómetros al sureste de Ciudad Guatemala y, aunque trataron de escapar, murieron asfixiadas bajo toneladas de tierra y lodo en la peor tragedia del país centroamericano en una década.

Con casi un centenar de excavadoras, equipos de rescatistas seguían el lunes buscando cuerpos en el caserío El Cambray II, donde en cuatro días han extraído 161 cadáveres según datos del Ministerio Público guatemalteco. Aún siguen desaparecidas 300 personas tras el gigantesco deslave provocado por las persistentes lluvias en la zona.

Rescatistas excavan toneladas de tierra para llegar a los cadáveres de los sepultados por el deslave en Guatemala.

Los trabajos se han vuelto más peligrosos, porque tuvieron que practicar agujeros en forma de embudo de hasta 12 metros para llegar a los techos de las viviendas y sacar los cuerpos, dijo uno de los responsables de las tareas de emergencia.

"Hemos encontrado familias completas", dijo Sergio Cabañas, un oficial del comando de incidentes de la Coordinadora Nacional de Desastres (Conred) del gobierno. "La mayoría las hemos encontrado juntas; esto quiere decir que iban a hacer alguna forma de evacuación, pero lamentablemente no les dio tiempo".

Hasta ahora no se han hallado sobrevivientes de la catástrofe que sacudió a Santa Catarina Pinula, un municipio a pocos kilómetros de la capital, y las esperanzas de encontrar alguna persona con vida bajo los 120.000 metros cúbicos de tierra que se precipitaron sobre la boscosa quebrada son casi nulas.

"Algunos (murieron) por aplastamiento, algunos por asfixia y otros tal vez por no resistir. Prácticamente la muerte es por paro cardíaco", dijo Cabañas.

Para muchos, como Ana Escobar, un ama de casa de 48 años que perdió a 21 miembros de su familia, el único consuelo sería hallar los cuerpos de sus seres queridos para darles sepultura.

"Que nadie quede en el sitio"

Vista del área de viviendas sepultada por un deslizamiento de tierra en poblado El Cambray II, Guatemala.

La mujer, que se había mudado de la zona hace un año, apenas pudo enterrar el domingo la cabeza y el brazo de una de sus sobrinas, y el cuerpo de una niña de la familia que fue recuperado. Pero aún aguarda noticias de sus dos hermanas, cuñados y sobrinos.

"No he podido dormir. Todavía sigo esperando los cuerpos", dijo Escobar en medio del hedor que emergía de la morgue improvisada en Santa Catarina Pinula. La Cruz Roja había lanzado un pedido urgente de hielo seco para conservar los cadáveres en descomposición, mientras dura el proceso de identificarlos.

Las autoridades de emergencias se comprometieron a seguir trabajando, con la ayuda de bomberos y militares, para recuperar la mayor cantidad posible de víctimas mientras las condiciones del tiempo lo permitan.