Expone artista cubano en el Museo Patricia y Phillip Frost

  • Agencias

El artista Carlos Luna es visto hoy, jueves 11 de junio de 2015, en Miami (Estados Unidos).

Más de 120 piezas de Carlos Luna serán expuestas en la muestra "Green Machine" en la Universidad Internacional de Florida (FIU) a partir de este sábado y hasta septiembre.

Carlos Luna se declara orgulloso del ámbito rural que lo vio crecer en Cuba, entre guajiros, y sobre el que a lo largo de su trayectoria ha creado un discurso artístico que a partir del sábado se expone en el Museo Patricia y Phillip Frost.

Más de 120 piezas, desde pinturas y cerámicas hasta tapicerías, llenan las paredes de este museo en la muestra Green Machine, que refleja cómo el hombre de campo que dejó Cuba a principios de los años 90 ha enriquecido su creatividad en sus estancias en México y Estados Unidos sin perder su identidad.

"Como artista, una tesis importante de mi trabajo es ser contemporáneo sobre la base de una tradición. Siempre he pensado que un hombre sin pasado es un hombre sin futuro", señaló Luna en entrevista con Efe durante una visita a la exposición, que estará abierta en este museo de la Universidad Internacional de Florida (FIU) hasta el 13 de septiembre.

Así pues, Luna convierte al guajiro en el narrador de su historia. Su imaginación, la manera de ver las cosas, el sentido del humor y su visión política dan cuerpo a ese personaje de campo que a menudo ha sido estereotipado en la isla y despojado de reconocimiento.

Ejemplo de ello es "Dreamer" (2015), un tapiz de carácter autobiográfico en tonos azules y rojos con una figura en el centro que representa el "estar soñando con los pies en la tierra", señaló.

"Mi abuela siempre dijo que yo pertenecía al club del salmón, por ir contracorriente, por ser un soñador o quizás por estar defendiendo mis ideas a capa y espada", recordó el artista, quien subrayó que no le interesan las modas, sino la individualidad.

"Todo mi trabajo habla de la identidad como ser humano, de la humanidad del individuo, de su ADN, de lo que nos hace particulares", comentó.

El comisario invitado de la muestra y director del departamento de Historia del Arte en la Universidad de Ciudad del Cabo, Bárbaro Martínez-Ruiz, destacó que la obra de Luna se fundamenta en el imaginario de la vida campestre a la vez que observa la lejanía de la cultura propia.

"Convierte la cultura rural campesina de Cuba en un personaje que cuenta esa historia; la historia de viaje, la historia del exilio" a otros países, donde experimenta "transformaciones" que influyen en su lenguaje artístico.

"En México no pretendía quedarme y me quedé por 13 años, primero porque me enamoro de mi esposa y dos, porque México me atrapa", relató el artista.

La vida cultural de México y su pasado histórico enriquecieron sus obras a través de materiales como la cerámica de Talavera; mientras que Estados Unidos, donde reside desde hace 13 años, ha diversificado aún más sus herramientas, aseveró.

"El Gran Mambo" (2008), una imponente pintura dividida en seis paneles que abre el recorrido por los tres países de su vida, remite a la idea de "discurso" en el género musical y en la tradición afrocubana, apuntó Martínez-Ruiz.

No en vano, esta y otras obras contienen elementos verbales, como la expresión "matar con la mirada", que mezclan el humor y el comentario político con el grafismo y los elementos visuales. Luna emplea "muchas frases con doble sentido que tienen que ver con la manera de hablar del cubano (y su manera de) referirse al contexto social, que puede tener connotaciones eróticas, políticas, personales...", analizó.

"Hay elementos de espiritualidad, elementos filosóficos que tienen que ver con su vida personal... Es una persona entrenada en una forma de conocimiento de las tradiciones afrocubanas, pero no lo refiere de manera directa", explicó.

En última instancia, concluyó el experto, la muestra acoge parte de la obra experimental de Luna, donde "se cuestiona los límites de la pintura, qué es pintar y cómo contar a través de la pintura".