Descubren moléculas orgánicas complejas alrededor de una joven estrella

  • Jesús Rojas / Radio Martí

Las nubes interestelares son cunas de complejos químicos básicos para la vida.

El hallazgo de enlaces de carbono y nitrógeno en la estrella MWC 480 parece reafirmar la teoría de que los compuestos químicos básicos de la vida son comunes en el Universo.

Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto la presencia de dos moléculas orgánicas complejas, cianuro de metilo y ácido cianhídrico, en los confines del disco protoplanetario de la joven estrella MWC 480, situada a 455 años luz de distancia en la constelación de Tauro.

Este tipo de moléculas, basadas en el carbono, son componentes esenciales para la formación de la vida y reafirman la teoría de que las condiciones que dieron lugar al origen de la vida en el sistema solar son comunes en el Universo.

El hallazgo se ha hecho gracias al telescopio ALMA, situado en la cordillera de los Andes, en Chile, y se ha publicado en la revista Nature.

Desde hace algún tiempo, los astrónomos saben que las frías y oscuras nubes interestelares son un espacio propicio para la formación de moléculas orgánicas complejas, como los cianuros.

Las moléculas tienen como base el carbono.

Estas moléculas son importantes porque contienen enlaces de carbono y nitrógeno, que son los ladrillos fundamentales de los aminoácidos que, a su vez, constituyen los elementos básicos para la creación de proteínas. Este tipo de enlaces, pues, son esenciales para la vida tal como la conocemos.

Una vez formadas estas moléculas complejas en el espacio interestelar, se incorporan a los discos protoplanetarios. Estos discos son concentraciones de material que giran alrededor de estrellas que, como la MWC4800, son muy jóvenes.

De hecho, sólo tiene alrededor de un millón de años, en comparación con los 4.600 millones de años del Sol. Tanto las moléculas de cianuro de metilo como las de ácido cianhídrico se encuentran en concentraciones muy similares a las de los cometas del Sistema Solar.

El estudio publicado en Nature sugiere que es probable que estas moléculas orgánicas sean transportadas en cometas y otros cuerpos helados a entornos más propicios para la vida, una de las teorías actuales para explicar el origen del agua y la vida en la Tierra.

Se cree que los cometas y asteroides se formaron hace unos 4.500 millones de años, en las primeras fases del Sistema Solar, a partir del material remanente del disco protoplanetario tras la formación de los planetas. Y que al chocar contra el joven planeta Tierra, lo fueron enriqueciendo con agua y también moléculas orgánicas.