España considera intolerables las ofensas de Maduro a Rajoy

  • Agencias

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Nicolás Maduro ataca a España y a Rajoy en un encendido discurso.

Embajador venezolano en Madrid fue requerido por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

España tildó este miércoles de "intolerables" los "insultos y amenazas" del presidente venezolano Nicolás Maduro que, a raíz de una declaración del Parlamento de Madrid pidiendo la liberación de opositores políticos, calificó al Jefe del Gobierno español de "racista".

"El Gobierno considera intolerables las últimas declaraciones, insultos y amenazas proferidas por el presidente Maduro contra España", afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

"Las autoridades españolas han sido y serán siempre respetuosas de la dignidad de las personas que ocupan cargos de gobierno en Venezuela", agregó.

El martes, el presidente venezolano tildó al jefe del ejecutivo español, el conservador Mariano Rajoy, de "racista" y afirmó que analiza "respuestas" a "la agresión (de la) que estamos siendo víctimas los venezolanos por parte de las élites corruptas y corrompidas de España".

El martes, el Congreso de los Diputados español aprobó por inmensa mayoría, con el apoyo del partido de Rajoy y de varios de la oposición, incluidos los socialistas, una declaración que pide la "liberación inmediata" de los líderes opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, así como de otros políticos encarcelados en el país, e insta al ejecutivo a trabajar en ese sentido.

"Que las Cortes (españolas) vayan a opinar de su madre, pero que no opinen de Venezuela", dijo Maduro poco después durante su programa televisivo "En contacto con Maduro".

Además de estos calificativos, Maduro afirmó en televisión que "se acabaron Rajoy tus abusos, se acabó. A Venezuela se la respeta", al tiempo que acusó al Presidente español de "todas las maniobras" contra Venezuela.

Como consecuencia, el embajador venezolano en Madrid, Mario Ricardo Isea, fue convocado este miércoles por el Gobierno español para expresarle su "malestar y rechazo" por estas palabras.

"Este tipo de declaraciones e insultos no contribuyen a un mínimo entendimiento entre dos gobiernos que representan a dos pueblos unidos históricamente por estrechos lazos", afirmó el Ministerio de Exteriores español.

El embajador ha sido recibido por el director general para Iberoamérica, Pablo Gómez Olea, ya que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se encuentra de viaje en Bruselas. Según ha dado a conocer el ejecutivo español, Gómez Olea le trasladó el "malestar y el rechazo del Gobierno" por esas declaraciones.

En los pasillos del Congreso, el secretario de Estado español de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, afirmó antes que las declaraciones de Maduro están "fuera de lugar". Sin embargo, no es la primera vez que se enfrentan a un clima de tensión diplomática ambos países.

El embajador de Venezuela en Madrid, Mario Ricardo Isea, a su llegada en coche el Ministerio español de Asuntos Exteriores en Madrid.

En octubre de 2014, y en protesta por la reunión que Mariano Rajoy mantuvo con Lilian Tintori, esposa del líder opositor Leopoldo López, Caracas llamó a consultas a su embajador.

Meses después, en diciembre, Madrid convocó al encargado de negocios venezolano para protestar por unas declaraciones de Maduro, contra el exjefe del ejecutivo José María Aznar.

De acuerdo a la iniciativa aprobada por los diputados españoles a favor de los opositores encarcelados, se insta a Rajoy a tomar "todas las iniciativas pertinentes" para lograr la "liberación inmediata" del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma; del líder opositor, Leopoldo López; y de manifestantes encarcelados tras la ola de protestas antigubernamentales que dejó más de 40 muertos en 2014.

Maduro sostiene, al igual que hacía su predecesor Hugo Chávez, que en su país no hay presos políticos, sino "políticos presos", a pesar de que organizaciones no gubernamentales y otros Gobiernos reclaman su liberación. Igualmente, asegura desde hace tiempo que la oposición política, junto con Estados Unidos y España, urden una "guerra económica" con el fin de desbancarlo.