Es deber del gobierno "no dejarlos morir": cientos de sacerdotes y laicos se unen a reclamo por jóvenes de San Isidro

Huelguistas del movimiento San Isidro. (Facebook de Omara Ruiz Urquiola)

Cientos de sacerdotes y laicos cubanos suscribieron una carta abierta este martes pidiendo al gobierno de Cuba y a las autoridades religiosas una solución respecto a la huelga de hambre que mantienen un grupo de integrantes del Movimiento San Isidro y otros activistas sitiados en La Habana Vieja.

"A nuestros pastores y autoridades religiosas pedimos su ayuda como mediadores (...). A los miembros del gobierno, recordamos su deber de representar al pueblo, teniendo en cuenta el deseo de muchos de que se atienda y responda pacíficamente la huelga de hambre que algunos activistas realizan desde hace ya varios días", señala la misiva publicada en las redes sociales.

El laico católico cubano Dagoberto Valdés, director de la revista Convivencia, considera que la carta es un signo de solidaridad cristiana y apoyo humanitario desde la fe.

Este es "un hecho que se repite alrededor del mundo en la Iglesia Católica y que, en este momento, como está en juego la vida de seres humanos, ha sido un momento de comunión esclesial y de solidaridad con el más frágil, con el que está en peligro y, sobre todo, una opción por la vida", subrayó.

Your browser doesn’t support HTML5

Declaraciones de Dagoberto Valdés a Radio Martí

Los firmantes expresan en la carta su deseo de que los sucesos de San Isidro "no acaben en un desenlace fatal", y de una Cuba en la que "se pueda pensar diferente y manifestarlo".

"Algunos tenemos posiciones políticas semejantes a las de los miembros del movimiento, otros estamos en desacuerdo total o parcialmente con sus ideas o con sus modos de expresarlas; pero todos estamos convencidos de que el hostigamiento, sea coordinado o permitido por los agentes del orden, no es solución", subrayan.

Valdés señaló que ante una situación de crispación y peligro para la vida como la de San Isidro, la Iglesia "siempre tiene un servicio de paz, de diálogo, de medicación y de amor".

La carta rechaza los comentarios y actos de descrédito y ridiculización a los huelguistas de San Isidro. "Nos duele que los mítines de repudio (tanto en vivo como a través de las redes sociales) parecen incrementar su presencia e intensidad, cuando deberían sepultarse para siempre en la historia Patria", dice el texto.

"Rogamos al Espíritu Santo por ustedes, que tienen el poder real para iniciar procesos que conduzcan al entendimiento, que tienen el deber moral y gubernamental de no dejarlos morir", dicen los firmantes a las autoridades cubanas.

"No podemos cerrar los ojos y mirar hacia otro lado"

Mientras, un mensaje del padre David Pantaleón, superior de los Jesuitas en Cuba, compartido en la cuenta de Facebook de Vida Cristiana, critica el hecho de que la policía haya impedido a una monja la entrada a San Isidro.

La religiosa intentó llegar "sin publicidad y sin cámaras" hasta el grupo de jóvenes para brindarles "asistencia religiosa ante la seria amenaza de muerte de los que llevan varios días en huelga de hambre y sed", asegura el mensaje.

"Hasta en la celda de un criminal confeso, en cualquier lugar del mundo, se permite la visita del que trae el aliento de la fe. Hasta los presos condenados a muerte mantienen esos derechos", apunta el padre David Pantaleón.

"No podemos cerrar los ojos y mirar hacia otro lado. No se trata solo de quien tiene la razón o no. No se trata de ideologías de izquierda o de derecha. Se trata de cosas tan simples como el derecho a vivir, a expresar lo que se piensa, a dialogar las diferencias sin “satanizar” al contrario, a que se respete la dignidad de todos y todas", concluye.