El Urbano Vargas rapea su camino a la fama

  • Lizandra Díaz Blanco

El Urbano Vargas

El joven habanero de 26 años graba sus temas en su casa o en el estudio privado de algún amigo, y los distribuye de memoria en memoria.
“Tener algo que decir” es la regla número uno para hacer rap, y convencido de ello hace su música Bárbaro El Urbano Vargas, una estrella en ascenso del hip hop underground cubano.

En su álbum más reciente, titulado “La Barbarie”, mantiene la misma línea de protesta social, que no encuentra cabida en los medios oficiales cubanos.

“Es un disco que habla de las cosas que veo, con las que convivo, pero ya con una producción musical distinta. Los ritmos están un poco más experimentales y el flow renovado,” detalla el músico habanero sobre la producción musical que corrió a cargo de El Bi, de Los Aldeanos, Dj Rafox, Dj Lápiz y El Prófugo.

El disco, que consta de tres volúmenes, “cuenta además con la colaboración de Aldo, mi hermano, que siempre trabaja conmigo en todo, de Charlie Mucha Rima, Etian Brebaje Man y Anderson,” agrega.

El joven rapero de 26 años graba sus temas en su casa o en el estudio privado de algún amigo, y los distribuye de memoria en memoria. Usualmente, alquila estos espacios privados con su propio dinero o graba en el cuarto de su abuela, con equipos prestados por unas horas.

Recursos técnicos es todo lo que anhela para seguir grabando. “Nosotros grabamos simplemente con un micrófono y una tarjeta de sonido. ¡Ya! Ese es el estudio de nosotros”.

Los esfuerzos le han valido siete premios en el Festival Puños Arriba, en 2011 y 2012, incluido “Disco del Año”. Hasta el momento, ha lanzado 4 discos en solitario Casi Crudo, 880118, Créeme y La Barbarie, además de dos álbumes colectivos, Tribu Mocoya I y II.

Vargas entró en el mundo del hip hop casi sin darse cuenta. Entre peñas de rap descubrió su talento para improvisar y rimar versos, y al mismo tiempo, llevó sus estudios universitarios en Diseño Gráfico, profesión de la que vive.

La mayor parte de su educación musical ha sido de manera autodidacta, aparte de un año que cursó en la escuela de música “Alejandro García Caturla”. Pero, como él mismo afirma, el apoyo de otros amigos músicos y productores ha suplido cualquier falta. “Si hay algo que tiene el movimiento es que todos podemos contar con todos,” asegura.

El intérprete de “Como ando” y “Salgo a caminar” no recibe un centavo por su música, pero entiende que en esta etapa de su carrera la ganancia es espiritual, y no abandona su sueño de poder vivir de su música y dar a su abuela y a su madre una mejor vida.

Bárbaro pertenece al catálogo de la Agencia Cubana de Rap, sin embargo la institución solo le proveé del documento que le permite presentarse en determinados escenarios. El resto de las gestiones corren por su cuenta.

Gracias a su talento, se ha presentado ocasionalmente junto a músicos como Roberto Carcasés, William Vivanco, Juan Formell, Santiago Feliú, y Sexto Sentido, en el centro cultural Delirio Habanero.

A pesar de los limitados espacios para compartir con el público, sus letras se imponen cada día con más fuerza entre los amantes del género en la isla.

“Odio lo cursi, incluso no hablo de Audis, ni jacuzzis, y más cuando tengo tanta necesidad en el freezer. No tengo copas, ni locas, no tengo Toyota, tengo poco ropa y menos derrotas que El Gato con Botas. No tengo tropas que me lean las palabrotas; yo lo que tengo es una boca que no se mide pa’ agredir al que me provoca…”, canta en su tema Papel de Loco, pero lo cierto es que más centrado imposible. Bárbaro El Urbano Vargas está rapeando su camino a la fama.