El régimen iraní declara que hará todo lo posible por impedir un ataque militar extranjero contra el gobierno aliado del presidente Bashar al-Assad.
El ministerio de Defensa de Francia declaró este jueves estar listo para librar una acción militar contra las fuerzas gubernamentales en Siria si el presidente del país, Francois Hollande, decide dar ese paso.
Tras el mortal ataque con armas químicas llevado a cabo la semana pasada en un suburbio de Damasco, Francia, EE.UU. y Gran Bretaña han estado sopesando los pro y los contra de una respuesta militar contra el régimen de Bashar al-Assad.
Hollande, que no necesita aprobación de la Asamblea Nacional para emprender un ataque militar de pocos meses de duración, hasta ahora se limitó a reforzar la asistencia material y humanitaria de París a la oposición siria.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el gobierno británico comparte con Washington la opinión de que el ataque con armas químicas fue “abominable”, pero el presidente Barack Obama señaló que todavía no ha decidido cómo responder al hecho.
En declaraciones a la cadena de Tv pública PBS, Obama precisó que cualquier ataque militar sería adecuado con la situación y limitado, y su objetivo sería que el régimen de Damasco comprenda que es mejor no volver a usar armas químicas contra su pueblo.
Mientras tanto, el presidente iraní, Hassan Rouhani, dijo que su gobierno se esforzará en impedir una acción militar de EE.UU. y sus aliados occidentales contra el régimen de al-Assad, según informó la televisión estatal en Teherán.
El reporte indicó que Rouhani conversó por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin, y le dijo que había que impedir tal eventualidad a toda costa porque tendría “un alto costo para la región”, dejando entrever que de producirse habría consecuencias. Moscú y Teherán comparten igual punto de vista.
Rouhani condenó el empleo de armas químicas pero insinuó que podrían haber sido utilizadas por los adversarios del régimen de al-Assad para debilitar su posición y puntualizó que “"sacar conclusiones apresuradas puede ser peligroso”.
Tras el mortal ataque con armas químicas llevado a cabo la semana pasada en un suburbio de Damasco, Francia, EE.UU. y Gran Bretaña han estado sopesando los pro y los contra de una respuesta militar contra el régimen de Bashar al-Assad.
Hollande, que no necesita aprobación de la Asamblea Nacional para emprender un ataque militar de pocos meses de duración, hasta ahora se limitó a reforzar la asistencia material y humanitaria de París a la oposición siria.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el gobierno británico comparte con Washington la opinión de que el ataque con armas químicas fue “abominable”, pero el presidente Barack Obama señaló que todavía no ha decidido cómo responder al hecho.
En declaraciones a la cadena de Tv pública PBS, Obama precisó que cualquier ataque militar sería adecuado con la situación y limitado, y su objetivo sería que el régimen de Damasco comprenda que es mejor no volver a usar armas químicas contra su pueblo.
Mientras tanto, el presidente iraní, Hassan Rouhani, dijo que su gobierno se esforzará en impedir una acción militar de EE.UU. y sus aliados occidentales contra el régimen de al-Assad, según informó la televisión estatal en Teherán.
El reporte indicó que Rouhani conversó por teléfono con el presidente ruso, Vladimir Putin, y le dijo que había que impedir tal eventualidad a toda costa porque tendría “un alto costo para la región”, dejando entrever que de producirse habría consecuencias. Moscú y Teherán comparten igual punto de vista.
Rouhani condenó el empleo de armas químicas pero insinuó que podrían haber sido utilizadas por los adversarios del régimen de al-Assad para debilitar su posición y puntualizó que “"sacar conclusiones apresuradas puede ser peligroso”.