Padres en Cuba ponen su confianza en la educación privada

  • Gricel Gonzalez / martinoticias.com

Aula cubana

El fenómeno de las clases particulares se da en todas las provincias de Cuba, lo mismo autorizado con licencias que de manera ilegal, como es el caso de los maestros que permanecen activos en el sistema educacional.
Cada vez son más los padres que acuden a la enseñanza privada en Cuba para la educación de sus hijos. El fenómeno de las clases particulares se da en todas las provincias del país, lo mismo autorizado con licencias que de manera ilegal, como es el caso de los maestros que permanecen activos en el sistema educacional.

En los sitios de clasificados ya no sólo se anuncian maestros particulares y repasadores sino tambien pequeñas academias. La enseñanza privada comprende asignaturas básicas como Matemáticas y Español hasta otras tan específicas como Actuación o Apreciación Cinematográfica.

“Aunque sí están autorizados los repasadores hay escuelas muy discretas de grupos de alumnos que reciben clases extras en horas extraescolares pagando incluso en divisa, los padres que pueden”, asegura Oscar Espinosa Chepe a martinoticias.com.

Los repasadores siempre han existido en la isla y ahora trabajan de manera legal como uno de los oficios del cuentapropismo. Sin embargo, se mantiene la prohibición a que los maestros en activo en la educación pública puedan dar clases o repasos en su tiempo libre.

“Hay actividades que no son tan autorizadas”, aclara Chepe, “porque en la práctica tenemos entendido que se han creado unas escuelas un poco clandestinas que trabajan discretamente, que están floreciendo, donde dan clases de asignaturas, ya no de inglés, sino que ahora ya se ha generalizado a matemáticas, historia, gramática y prácticamente con horarios y con días o sea prácticamente se ha ido creando una educación paralela… Muchas veces son los mismo profesores de la enseñanza pública que hacen este tipo de labor o son profesores ya retirados”.

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Declaraciones de Oscar Espinosa Chepe


Katia Sonia Medina, residente de Centro Habana, es madre de dos niñas de 9 nueve años que cursan el tercer grado y dice que hay maestros jubilados que hacen de su hogar casas de estudios.

“Mis hijas estuvieron en uno porque no era suficiente la preparación que le daban los maestros en la escuela y yo pagaba 50 pesos por cada una fuera del horario de la escuela para que me la reforzaran… a otras madres ella le cobraba 70 pesos por cada niño a mi me hizo una rebaja porque yo soy una a pagar por dos”.

Hace ya varios años que la falta de maestros golpea al país. Entre las razones se mencionan el éxodo, la mala paga, la reducción de presupuesto para la Educación y el poco atractivo que tienen las carreras pedagógicas para los jóvenes cubanos.

“Hay muchos maestros formados a la carrera, con poca experiencia, incluso con poco interés también en dar la clase porque se sienten mal retribuidos todo esto ha contribuido a que la calidad haya caído… Muchas veces también los jóvenes que estudian pedagogía están forzados por las organizaciones políticas. No hay vocación y todo esto ha contribuido a un descenso extraordinario en la calidad de las clases que se dan en el sector público y claro está que los padres quieren que sus hijos aprendan y entonces florece esta demanda por clases extra y bueno surge esta educación paralela”, enfatiza Chepe.

Katia Sonia dice que pagar por las clases extras es una necesidad porque “el problema es que la maestra que tienen ellas actualmente es una maestra muy joven de unos 22 años sin preparación ninguna trasmitiéndole sus faltas de ortografía a esos niños de tercer grado, entonces estas maestras que son jubiladas con tremenda preparación, me apoyaban dándole a las niñas las clases que realmente necesitan por el programa de tercer grado que su maestra no se lo imparte como es”.

Sonia aclara que "es imposible que una madre que tenga un salario mínimo de 225 pesos pague 70 en repasos para el hijo, cuando un niño ya de tercer grado que tiene nueve años ya no le dan ni leche porque se la quitan a los siete y tienes que comprarle todo eso en la bolsa negra. Entonces hay muchísimas madres que no pueden (pagar clases extras), muchísimas”.

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Declaraciones de Katia Sonia Medina


Los maestros particulares preparan a los alumnos para pruebas de ingreso, a los alumnos de secundaria básica y primaria. Son dos encuentros por semana de una hora u hora y media en dependencia.

En Cuba son cada vez más frecuentes los anuncios de maestros ofreciendo clases privadas y repasos en sitios como revolico.com. tal es el caso del John Calvin College de [Superación Preuniversitaria] a un precio: 8 cuc que anuncia la apertura de matriculas en agosto y ofrecen clases de Física, Matemática, Español e Inglés.

"Son cuatro horas los fines de semana. El costo solo son honorarios del colegio y resaltan que su prioridad es perfeccionar el rendimiento académico, asesorar, formar y direccionar las potencialidades de cada estudiante que se nos asocie. Estaremos en contacto por correo", anuncian.

En otros se encuentran: profesor - Cursos o repasos de Matemática 7mo, 8vo y 9no grado a un costo de 1 cuc - 25 pesos en moneda nacional. También se anuncian ofreciendo cursos de Historia y Apreciación del Cine y señalan que se basa en un programa de 26 encuentros y resulta enteramente útil para las pruebas de ingreso al ISA, la EICTV, o para simple superación cultural.

Aimé Cabrales, también residente de Centro Habana, tiene un hijo de 16 años de edad y dice que se vio obligada a pagar para que su hijo se recuperara académicamente después de dos meses de ausencia de la escuela producto de una enfermedad y explica que los maestros de su hijo, quien cursa el preuniversitario, tienen de 20 a 22 años, el promedio de edad de los educadores porque son los maestros emergentes, como le dicen en la isla.

“Hay maestros mismos de la escuela que ofrecen los cursos pero que los directores no se pueden enterar porque eso está prohibido. Entonces habilitan sus casas y “hacen sus repasos allí porque es un dinero extra que les entra que la verdad que les hace falta”, agrega Aimé.

“Mi hijo no es un niño chiquito, pero para mi es un niño y muchas de las cosas de comida, la leche, que no puedo ir a la tienda a comprarlas porque ese dinero es un dinero que yo me quito de comprar los alimentos de él para poderle pagar para que entonces pueda hacer sus pruebas y salga bien y que no me repita el año”, aclara.

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Declaraciones de Aimé Cabrales