Desesperadas, 11 mujeres se refugian con sus hijos un local de la Oficina del Historiador

En el portón de entrada al local han escrito un mensaje a las autoridades: "No queremos muela, queremos casas".

Once mujeres, muchas de ellas con hijos menores de edad, ocuparon el viernes un local en La Habana Vieja tras años de espera a que las autoridades solucionen su precaria situación de vivienda.

En el grupo se cuentan desde bebés hasta menores de 11 años de edad, y también una embarazada, dijo a Radio Martí Melani Balmaseda, una de las ocupantes.

Your browser doesn’t support HTML5

Madres sin vivienda ocupan un local estatal en La Habana Vieja

Las mujeres decidieron refugiarse en el local estatal porque "no les dan una respuesta a su problema", explicó Balmaseda. "Algunas viven en edificios en peligro de derrumbe, y algunas son caso social. Tienen tres, cuatro hijos y no tienen donde vivir", añadió.

Lee también Encuesta: la pobreza en Cuba se ha duplicado en solo seis meses

El local, ubicado en Villegas entre Teniente Rey y Muralla, en La Habana Vieja, pertenece a la Oficina del Historiador y estuvo arrendado hasta el momento de la ocupación a unos herreros particulares.

Según Balmaseda, la cuadra donde se encuentra el inmueble y de donde son vecinas las ocupantes, fue cerrada la pasada semana por un brote de coronavirus.

Your browser doesn’t support HTML5

En el interior de un local ocupado por residentes de La Habana Vieja a falta de vivienda

El sábado, un día después de la entrada al lugar, las autoridades quitaron las cintas que impedían el acceso y llegaron hasta allí efectivos policiales, de la seguridad del Estado y funcionarios del gobierno local, quienes les propusieron trasladarse a un local.

Las mujeres consideraron que el lugar no reunía las condiciones para ser habitado, por lo que decidieron retornar al local. "Había unos mosquitos que te levantaban en peso", dijo Balmaseda.

Los vecinos han mostrado solidaridad ayudándolas con alimentos, algo que el gobierno no ha hecho, señaló la mujer.

A dos de las ocupantes del local las autoridades les ofrecieron una solución, pero el resto queda a la espera. "Tenemos miedo que tomen represalias contra nosotras, pero qué vamos a hacer", concluyó Balmaseda.