"Dejen de normalizar la miseria": otra joven cubana lanza su denuncia en redes sociales inspirada en Amelia Calzadilla

Anyi Silva. (Foto: Facebook)

La ola levantada por la transmisión en vivo por Facebook de Amelia Calzadilla, en la que la joven madre de tres niños estalló en una catarsis por la deplorable situación económica que enfrentan a diario los cubanos, y que en apenas unas horas se convirtió en viral, continúa creando corrientes de opinión entre la ciudadanía.

Esta vez, la usuaria de Facebook Anyi Silva, desde su página "Donde No Aguanta Una Mentira Más", se hizo eco de los ataques contra Calzadilla divulgados por Guerrero Cubano, un perfil falso detrás del que estaría la contrainteligencia cubana, donde hizo públicas fotos de los “lujos” que se permitía Amelia, tales como una cena en el cabaret Tropicana, sus uñas acrílicas, y el precio de una lámpara de techo.

“Dejen de normalizar la miseria. Comer carne, no es un lujo; ir a un restaurante, no es un lujo; vestirse decentemente, no es un lujo; ir un fin de semana a la playa, no es un lujo; arreglarse el pelo, las uñas, ir al barbero, no son lujos”, advierte la mujer.

Post de Anyi Silva en Facebook

Silva afirma en su post que los cubanos están “tan acostumbrados a vivir en las ‘más pésimas’ condiciones y con lo mínimo como si fuera lo mejor, que a veces vemos lo más simple como lo más grande”.

“Dejemos de criticar a las personas por exigir una vida digna, una vida que se merece cualquier ser humano!", aconseja y luego pasa a interrogar a los lectores sobre lo puede o no puede hacer con su salario.

Emplaza, además, a los que se conforman con la situación actual en el país: “Si tú estás conforme con coger pollo por la libreta una vez al mes haciendo cola de 10 horas, pues genial, ¡Pero ese eres tú!”.

“La situación de Cuba duele”, afirma Silva al final de su post, tras retar a quien “quiera discutirlo”, poniendo contundentes argumentos sobre el “tapete”, enumerando algunas de las condiciones reales en medio de las que el cubano de a pie logra sobrevivir el día a día.